'Caso Bretón': Patata caliente para la Justicia
Se acabó la búsqueda y se agotaron las mentiras de un sujeto siniestro llamado José Bretón, un individuo capaz de mantenerse impasible durante casi 11 meses negando la mayor sobre el asesinato de sus propios hijos, Ruth y José, dos criaturas que pagaron el precio de los celos patológicos de un padre y ex esposo que no dejaba ni a sol ni a sombra a su ex pareja, pero tampoco dejaba de ligar y acosar a otras mujeres de su entorno. Cualquier cuadro psiquiátrico definiría a este injerto como un psicópata voluntario, alguien que sabe exactamente lo que hace en cada momento, pero además con una planificación tan perfecta que durante cerca de un año ha tenido trabajando como locos a los agentes de policía, a los medios de comunicación y a muchas personas que llegaron a pensar que Bretón era víctima de un complot.
Este asesino, porque no se le puede definir de otra manera, mató a sus dos retoños ese 8 de octubre de 2011, pero tuvo la sangre fría, la hipocresía y todo aquello que a ustedes se les ocurra de presentarse en comisaría a denunciar su desaparición. Cerca de 15 días tardaron los agentes en detenerle ante la evidencia clara y constatada de que los menores nunca habían estado en el parque en el que él decía que los había perdido (vamos, como quien pierde la billetera o un reloj).
Sin embargo, fueron pasando los meses sin que los rastreos en la finca de Las Quemadillas y zonas anexas fuesen dando resultados fructíferos. Incluso, el análisis de los restos hallados en la hoguera que este sujeto había hecho en sus terrenos dictaminaron que aquello eran los cuerpos de unos roedores. A Dios gracias que un contraanálisis de un paleontólogo colaborador habitual de la Policía consiguió sacar del error los primeros estudios y dar finalmente el resultado que, lamentablemente, nadie quisiera que se hubiese producido, pero que era el más probable después de tantos meses sin tener una mínima señal de esperanza y apuntando todas las sospechas hacia la finca de marras.
Ahora, una vez este individuo sea juzgado acorde a la ley, que todo el peso de la justicia recaiga sobre él y, ya puestos, habrá que mandarle un claro mensajito al titular de Justicia, el olímpico Gallardón, para que evite en la medida de lo posible que este siniestro personaje acabe beneficiándose de la redención de penas. Como lo de la cadena perpetua es ahora mismo inviable, sobre todo porque en este país nunca se reformarán las leyes basándose en un caso puntual, a juicio de los legisladores claro, al menos esperemos que este tipo se pudra una veintena de añitos. Eso sí, lo del carácter puntual de este tipo de asesinatos ya no lo es tanto si sacamos a colación lo de Sandra Palo, Marta del Castillo o Mari Luz Cortés. Pero claro, quizá quienes hacen las leyes en este país sufren de amnesia o de memoria muy cortoplacista.
3 comentarios
Máximo Medina -
E. Vinent -
Maria Hernandez -
Da grima nada mas ver el aspecto físico de este monstruo (buen apelativo ese de injerto). Primero da la vida a sus hijos y después se la quita, únicamente con el propósito de hacer daño a su esposa. ¿No le habría hecho ya bastante con anterioridad?
Por otra parte, la Policía Científica de este país tiene mucho prestigio, pero esta claro que en este caso no actuó con mucha profesionalidad y no será por falta de medios técnicos..
Al menos han tenido la decencia de reconocer su error.
Pero es que este tipo de errores es muy común en este país, aunque no siempre tenga tan graves consecuencias. Una vez mas la dejadez de muchos funcionarios públicos provoca sufrimiento, gasto innecesario del erario publico, etc...
Ha tenido que ser la madre, en su afán por encontrar a sus hijos, quien haya conseguido que comprobemos que la maldad existe...
@MMariaHs