Derroche telefónico canario
Para esto queremos las nuevas tecnologías. Lean y preocúpense la información que lleva el periódico El Día, que dice que elGobierno de Canarias gastó en telefonía móvil en los primeros ocho meses del presente ejercicio de 2012 la nada despreciable cantidad de 778.626,76 euros, según datos facilitados por fuentes de la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad, a la que se adscribe la dirección general de Telecomunicaciones y Nuevas Tecnologías, responsable en la materia.
Este gasto, detalla el compañero Orlando González, incluye llamadas móvil-móvil, fijo-móvil y los mensajes de texto que se envían desde las plataformas corporativas de la Administración regional, esto es, los sms que, por ejemplo, envían los centros educativos para notificaciones a padres de alumnos, o los centros de salud y hospitales para recordar y actualizar citas médicas.
De verdad, ¿creen que es serio y tolerable que en una comunidad autónoma como la canaria, con un paro bestial, cercano a las 300.000 personas, que es la población total de La Rioja, se hagan unos dispendios de esta índole? ¿No se pueden hacer vídeo conferencias, comunicaciones por los sistemas de mensajería gratuita que hoy ofrecen la mayoría de dispositivos móviles o aprovechar planes de tarifa plana para evitar que el gasto siga engordando al igual que se ceba a un cerdo antes de la matanza?
Dicen los responsables que se ha producido en relación a 2011 un ahorro en torno al 12%, pero es que da lo mismo, la cifra sigue resultando bochornosa cuando todos sabemos que hoy está a disposición de todos un whatsapp, un viber, un yuilop y otra serie de programas que facilitan la comunicación telefónica a coste cero. ¿Por qué entonces hay que gastarse lo que no está en los escritos? ¿Es necesario despalillarse el presupuesto de esa manera? ¿No se dan cuenta los Paulino Rivero y compañía que no se puede derrochar lo que no hay? Eso sí, luego los canarios querrán apuntarse al rescate autonómico. Así nos luce el pelo a los españoles con este desastre autonómico.
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Máximo Medina -