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Desde mi escaño

Quincena infernal

Quincena infernal

Muchas gracias, sindicatos del Metro y de la EMT de Madrid por querer convertir la segunda quincena de diciembre en un completo caos para los ciudadanos. A falta de que el próximo día 12 los representantes sindicales decidan en asamblea de trabajadores (órgano, por cierto, tan democrático como los regímenes chino o cubano) si se ejecutan unos paros brutales que dejen a madrileños y visitantes al albur de unos servicios mínimos, ya son muchos usuarios los que empiezan a hacer cábalas sobre cómo poder llegar a las múltiples cenas, comidas, fiestas y demás eventos que tendrán lugar en esas fechas, amén por supuesto de quienes saldrán a hacer las tradicionales compras.

Partiendo de la base de que la huelga es un derecho constitucional y, por tanto, democrático, lo que me revienta bastante es que siempre se esgrima el mismo argumento, que los sindicatos miran por el bien de los ciudadanos, que ellos no tienen ninguna intención de perjudicar a los usuarios.

Claro, por eso el 31 de diciembre se pretende chapar el Metro desde las cinco de la tarde hasta las dos de la mañana. O sea, los que vayan a correr la San Silvestre vallecana, que vuelvan corriendo a su casa, así hacen más hueco para la pantagruélica cena de Fin de Año y quienes tienen que ir a una fiesta, que se gasten las perras en el taxi o en un aparcamiento de estos  que te clavan 5 euros la hora.

El conflicto del Metro, como el de la EMT, lleva demasiado tiempo encasquillado y encallado, nadie quiere ceder y entiendo, al igual que se hizo con el caso de los controladores aéreos o de los pilotos, que tendrá que arbitrarse un laudo para desbloquear este problema laboral. Entiendo que los trabajadores soliciten que no tengan que cargar ellos con todos los recortes, pero también pónganse en el lado de los usuarios.

En Madrid son ya una gran mayoría los que pagan más de 50 euros por un abono mensual de la zona A y están viendo como su tarjeta, de llevarse a cabo el extenso calendario de paros, puede quedarse en una especie de papel mojado. ¿Pagarán ellos, los sindicatos, la diferencia a los viajeros o, como siempre, escurrirán el bulto?

1 comentario

Máximo Medina -

Velarde éste es el mismo cuento de siempre: ¿qué fue antes el huevo o la gallina? Es evidente que si alguien decide hacer una huelga no va a ser en los momentos que menos daño se haga a los usuarios, sino en los instantes en que tenga mayor incidencia. El problema aquí es el de siempre, políticos que no ceden, muchos ni negocian, porque a ellos no les va nada en el envite.Y es que el que tiene coche oficial no va a tomar el metro o la guagua en esos días. Sería como un sacrilegio. Por cierto, hace años asistí a asamblea de trabajadores que nada tenían que ver China o Cuba. Si eso también ha cambiado... apaga y vámonos.