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Desde mi escaño

Jugar con la necesidad

Jugar con la necesidad

La crisis que estamos padeciendo en España desde hace más de un lustro está llevando a algunos empresarios a perder la cabeza. Desgraciadamente, no todos son como el señor Juan Roig, dueño de Mercadona, y un directivo ejemplar, que ha hecho de estos supermercados una seña de identidad en cuanto a calidad y a creación de empleo. Y es que hay quien cree que lo de los puestos de trabajo puede ser algo así como cuando uno va a la feria y se gana un perrito piloto o una pata de jamón. Pueden pensar que estoy exagerando, pero no, lamentablemente la realidad muchas veces supera a la ficción.

En Santa Cruz de La Palma se les ha ocurrido la ‘genial’ idea a los comerciantes del casco histórico sortear como premio estrella de estas navidades un puesto de trabajo como peón de albañil, a razón de seis meses de curro y un sueldo de poco más de 700 euros. Sí, podría parecer una broma, macabra, dicho sea de paso, pero no. A estos ‘genios’ del comercio palmero no se le caen los palos del sombrajo y creen encima estar haciendo una tarea humanitaria que ni Cáritas. Y todo esto con el consentimiento (pasivo) del ayuntamiento y del Cabildo.

Supongo que tal vez a la publicación de estas líneas la medida haya sido suprimida, aunque fuese por un mínimo de vergüenza torera por parte de unos empresarios que no pueden burlarse de esta manera de familias que sufren diariamente el drama del desempleo en sus hogares. No puede ser que lleguemos al punto de convertir la búsqueda denodada de trabajo en una especie de ‘gran hermano’ o de lotería. Es como si, qué sé yo, de repente nos ponemos a sortear lotes de comida entre los más necesitados, en vez de estar haciendo algo lógico, que será repartir un poco entre todos.

Está claro que un puesto de trabajo no puede dividirse entre varios, pero lo más lógico es que, en este caso, se establezca el oportuno convenio con el Servicio Canario de Empleo o con una entidad local para que esa labor la ejecute quien más cualificado esté. ¿Se imaginan ustedes que, por un casual, le toca en esta rifa laboral a un discapacitado ese puesto de peón de albañil? Pues eso, que a veces las buenas intenciones que habrán tenido estos comerciantes se convierten en un boomerang que les golpea en plena frente porque, sin quererlo, están haciendo una chanza de la gente que se ha visto abocada al temible drama del paro.

2 comentarios

Anónimo -

Como idea comercial, para vender, dicen que todo vale, pero esto parece rizar el rizo.
Dicen que lo bueno es que se hable de uno aunque sea mal.
Pues esto parece mas propio del dia de los inocentes.
Penoso.

@MMariaSp

Máximo Medina -

Esta ´genial´idea que se le ha ocurrido a los comerciantes de La Palma no hace sino garantizar y consolidar una impresión que se ha colado en la sociedad civil española: el trabajo ha pasado de ser un derecho a ser un privilegio. Cada vez se oye con más frecuencia aquello de " afortunadamente estoy aún trabajando, pero otros no pueden decir lo mismo" y es como si fuera una muesca más en el currículum. Vamos que a esos los han echado y a mí, no. Claro, sin pensar que puede ser el siguiente en una lista que nunca se acabará. Si en España la situación económica está mal, la laboral está aún peor, porque unos por aprovechar la ocasión y otros por no poder hacer más están dejando a la clase (?) trabajadora a los pies de los caballos, y los equinos están desbocados. Ahora bien, ofrecer un trabajo como premio atenta ya hasta contra la dignidad de la persona, porque al paso del tiempo surgen como setas aquellos que piensan que trabajo y esclavitud son casi lo mismo, que no hay ninguna línea que los separa. La reforma del Gobierno Rajoy ha ayudado mucho a tener esa sensación: trabajadores sin derechos y que quitártelos de encima si no hacen lo que se les ordena te cuesta cuatro euros y medio. Lo que nunca se sorteará es un puesto de político. Verdadero sarcasmo.