La España negra
La España negra vuelve a sus pantallas. Apenas nos habíamos recuperado (si es que en verdad lo habíamos podido hacer) del caso Bretón y como este desalmado se cargó a sus dos hijos y ahora desde tierras gallega nos llega un suceso truculento, inexplicable y del que, mucho me temo, se hablará durante bastantes semanas porque nadie le encuentra explicación lógica a lo que ha sucedido. En resumen, una niña adoptada acaba presuntamente asesinada a manos de su madre sin una razón aparente
al menos hasta el momento porque las investigaciones parece que van ligeras como el viento y desde el pasado fin de semana ya se han ido conociendo datos y cada cual más intranquilizador y además que deja al descubierto la ruindad y la avaricia humana.
Según los últimos datos aportados, resulta que la madre adoptiva, la señora Rosario Porto Ortega, una abogada de prestigio en Galicia y que además fue cónsul honoraria de Francia, habría actuado de esta manera porque habría en juego una jugosa herencia, dinero y bienes que los abuelos maternos (fallecidos también en curiosas circunstancias, dicho sea de paso) habrían dejado no a su hija, sino a la nieta, a Asunta, y ante esta circunstancia es posible que se hubiese producido el cruel crimen, una muerte que no tiene justificación (como ninguna la tiene), pero que pone sobre la mesa el debate de la crueldad a la que puede ser capaz el ser humano con tal de defender lo que entiende que es suyo, aunque sean unos miles o decenas de miles de euros.
De todas maneras, siempre es bueno mantener el condicional y hablar sólo de presuntos porque aún todo puede volver a dar un giro. Por lo pronto, el padre de la niña y ex esposo de Rosario fue detenido por tener los agentes probadas sospechas de que puede estar implicado en el crimen, lo que, dicho sea de paso, pudiera estar conectado con esa ambición económica. Pero sólo son supuestos. Al menos, a diferencia con el caso Bretón, hay cuerpo, hay multitud de cámaras que han detectado y dejado al descubierto las contradicciones de la supuesta autora del parricidio y ahora queda esperar que los agentes no dejen ni un cabo suelto.
Y no es que tenga personalmente interés alguno en empapelar a la madre, pero es que una señora que ha sido capaz de mentir en una cosa tan evidente como la hora en la que dice que ya no sabía dónde estaba su hija y resulta que una cámara la había grabado incluso un cuarto de hora después
.su credibilidad no sólo está por los suelos, es que todas las flechas la apuntan directamente como responsable de la muerte o, por lo menos, colaboradora necesaria. Pero insisto, pese a todas las evidencias, esperemos a que todas las pesquisas queden cerradas y entonces poder opinar con conocimiento de causa.
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