Caos arbitral
¿Está el arbitraje español en uno de sus peores momentos? Los escándalos acaecidos en Barcelona y en Elche, con el cuadro blaugrana y el Real Madrid beneficiados de dos decisiones trascendentales, ponen sobre el tapete un hecho incontrovertible, que algo hay que hacer para que se evite en la medida de lo posible que determinados errores se queden impunes a efectos de lo que realmente importa, que es el resultado final del partido. A nadie le interesa saber que Muñiz Fernández pueda quedarse un mes, dos o seis sin arbitrar y que el año que viene baje a Segunda División. Eso, al Sevilla o al Elche les trae al fresco porque el punto que tenían y que un trencilla se lo arrebata de esta manera no les será devuelto.
Como siempre pasa cuando hay una polémica tan gruesa como éstas, sale el presidente de los colegiados, el aburguesado Sánchez Arminio, a poner paños calientes, a repetir como un mantra que fuese ley intangible que los jugadores también se equivocan o que también se le mete mucha leña por parte de los medios de comunicación, que al fin y al cabo una televisión tiene no sé cuántas cámaras y que con la tranquilidad de darle a la pausa, al modo lento y congelar la imagen se pueden obtener unos resultados que no son los que tiene el árbitro.
Cierto, nadie niega que el trencilla tiene que decidir en cuestión de décimas de segundo y que, a lo sumo, será un juez de banda quien le pueda ayudar en su decisión (aunque como sea un Rafa Guerrero….clarinete que lo llevamos). Sin embargo, el propio estamento arbitral se niega en redondo al uso de la tecnología de verdad, a la que se usa en otros deportes (fútbol americano, tenis…) donde existe el vídeo o el ojo de halcón para evitar polémicas innecesarias sobre si una bola entró o no. También es verdad que el papado del balompié, la FIFA, no quiere ni por asomo meter estas tecnologías. ¿Se imaginan anulándole un gol a Brasil porque la pelota no haya entrado? Con un vídeo no habría lugar a polémicas, pero si depende del criterio humano (y encima el Mundial se juega en tierras cariocas, a ver quién es el guapo que le anula el tanto a Neymar, por poner un sencillo ejemplo).
Ahora, en esta jornada venidera, se analizarán con profusión las decisiones arbitrales, pero ya verán que dentro de 10 días no nos acordaremos de nada y, en todo caso, nadie montará un escándalo mayúsculo si el atraco arbitral es en un Granada-Elche o en un Rayo-Celta de Vigo. Lo dicho, mientras no se meta tecnología de por medio, polémica habemus.
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