Blesa: Hechos vergonzosos, palabras sonrojantes
Si uno consultase el diccionario de la Real Academia de la Española de la Lengua y buscase una definición, un sinónimo para la expresión sujeto desahogado, seguramente aparecerá al lado el nombre de Miguel Blesa junto con una gran fotografía ilustrativa del individuo en cuestión. Este personaje, que se creyó el rey de las finanzas de España, está dando jugosos titulares tanto por sus hechos como por sus declaraciones. Si los primeros resultan vergonzosos, las segundas son sonrojantes y definen a la perfección la catadura moral de este elemento al que no podrías confiarle absolutamente nada, ni un céntimo de euro.
Este ex presidente de Caja de Madrid, una vez salió del cargo, pagó a toca teja una mansión de una purriada de metros cuadrados, con una piscina que veían los moradores de las lujosas casas de alrededor, y que le costó sólo la módica (irónicamente, claro) de 2,1 millones de euros, una bagatela que cualquiera de ustedes y yo nos podemos permitir cualquier día de la semana, un capricho que podemos satisfacer en un mero chasquear de dedos.
Lo mejor de todo es que esta noticia se ha conocido poco después de una declaración suya en los juzgados en las que se queja de que le están cercenando su vida profesional y de que está teniendo que cargar con el estigma de la llamada pena del telediario con sus entradas y salidas de la cárcel y el juzgado con las televisiones retransmitiendo el acontecimiento en vivo y en directo. Blesa no es que sea una víctima, es que es un tremendo jeta que encima buscará el perdón eterno de sus pecados. ¿Y los preferentistas a los que has dejado en la ruina? A esos, ¿qué les han cercenado? Todo su presente y posiblemente gran parte de su futuro.
El gran problema es que en España el sistema parece montado para estos grandes (y supuestos) delincuentes de camisa blanca y corbata a juego. Estafan, aunque lo revistan con visos de legalidad, a decenas de miles de personas que les confían sus ahorros y después, si te he visto, no me acuerdo. Es más, normalmente, el negocio es bastante productivo para elementos como Miguel Blesa que, a lo sumo, se pueden tirar un tiempo en la sombra y luego salen limpios de polvo y paja, pero sin devolver la pasta que por su mala gestión perdieron unos incautos clientes que creyeron a pies juntillas en las bondades de un producto más tóxico que una congregación de setas venenosas.
1 comentario
María -
Y, si, como, seguramente, no faltarán 'amigos' que le deberán muchos favores se podrá jubilar y retirar a su mafiosa, upsss, digoooo, lujosa mansión.
@MMariaSp