Solidaridad ególatra
Show must go on (El espectáculo debe continuar) cantaba a los cuatro vientos Freddie Mercury con su banda Queen, pero a veces conviene pararse unos instantes a reflexionar sobre si realmente merece la pena dar rienda suelta a determinados actos o acciones. Resulta demasiado sencillo esgrimir como argumento que la sociedad demanda solidaridad en la forma que sea. A pocas personas conozco que les pudiese gustar que su drama sea publicado a los cuatros vientos a cambio de poder hacerse con unos paquetes de leche, de legumbres, pasta, etcétera. La gente con un mínimo de sentido común entiende que nadie debe enterarse, salvo los organismos competentes a los que se les tramita la petición para recibir una ayuda, de una situación de pobreza extrema y menos aún que una cadena de televisión monte un festival mastodóntico para poner cara y ojos a un hecho dramático, que en Tenerife son muchos los habitantes que pasan hambre.
Sin embargo, aquí, en la isla del Teide, un presentador que se ha arrogado para sí el título de yo soy más caritativo que nadie y además lo voy a demostrar a lo grande, puso ayer, sábado 21 de diciembre de 2013, una piedra más en ese espectáculo que se hace llamar ‘Telemaratón solidario’ donde durante más de 12 horas ayuntamientos, Cabildo, Gobierno de Canarias, empresas y otra serie de cuerpos oficiales como pueden ser policías y bomberos se prestan a esta movida para fomentar, alimentar y aumentar más el ego de su patrocinador, el señor Manuel Artiles.
Sé que habrá quienes piensen que lo importante aquí no son las formas (la astracanada de ver cómo se llena de comida el lago de la plaza de España) sino que quienes no tienen que llevarse nada a la boca puedan tener, como mínimo, la posibilidad de alimentarse durante algunas semanas. Sí, cierto, cualquiera que esté en una situación límite como es pasar más hambre que Carpanta firmaría la muerte del mismísimo Manolete…pero saciada esa necesidad básica se daría cuenta de que acaba de vender su drama por un plato o un paquete de lentejas.
De verdad, llámenme subversivo, que voy contracorriente, que no valoro estas iniciativas, pero siempre les responderé que la solidaridad no se construye con dos o tres telemaratones anuales. La fórmula del pan para hoy y hambre para mañana no sirve. No se puede hacer un circo con algo tan preocupante como son las carencias alimentarias de nuestros conciudadanos. Cáritas Diocesana, sin alardes de ningún tipo, con un trabajo callado y casi invisible, da comidas y cenas a millones de personas en nuestro país y además diariamente. Lo que sucede es que algunos creen que sólo Artiles es quien salva de la inanición al pueblo de Tenerife…y lo peor es que muchos políticos le siguen el juego y le aúpan más y más en el machito.
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