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Desde mi escaño

Guigou y Guimerá: el triunfo Supremo sobre la corrupción

Guigou y Guimerá: el triunfo Supremo sobre la corrupción

No es de extrañar que Guillermo Guigou y Ángel Isidro Guimerá saquen de nuevo del armario durante estos carnavales de Santa Cruz de Tenerife el famoso machango del ‘Yo cumplo’ con el que representaron a Miguel Zerolo en las elecciones municipales de 2007. Después de dormir muchos años el sueño de los justos, el ‘caso García Cabrera’ se va a juzgar en el Tribunal Supremo a pesar de que el ex alcalde ha tratado por todos los medios posibles e imposibles que su comparecencia se fuese al limbo.

La imagen del senador de Coalición Canaria ante los magistrados va a suponer un antes y un después, es abrir la veda contra un sistema corrompido y que en cierta medida también han sostenido PP y PSOE como colaboradores pasivos (dadles un cargo, y enseguida se acababan las peticiones de regeneración política, sobre todo porque no es lo mismo disfrutar de un consejo de administración en una de las empresas del Cabildo que despertarse diariamente de madrugada para currar en la Coca Cola).

Sin embargo, ahora que muchos se suman a caballo ganador y trepan como posesos al carro que va primero, hay que recordar que casi llegaron a tildar de locos y temerarios a estos dos concejales. Había voces que sostenían que Guigou y Guimerá no tenían otra motivación que la animadversión, que en realidad no tenían pruebas y que su denuncia no pasaría la prueba del algodón. Pues no sólo la ha pasado, sino que quienes hacían piña con el ex alcalde, caso del actual regidor, José Manuel Bermúdez, ahora miran hacia otro lado, como si de repente no conocieran a Zerolo, como si toda esta historia les sonase de nuevas.

Ver a gente como Guigou o Guimerá (a escala local) o a un joven como Albert Rivera (con proyección nacional) dan esperanzas de que se puede cambiar la política, de que tenemos a gente concienciada con los ciudadanos, que están a pie de calle, que no tienen querencia al gran despacho o al coche oficial. La pena es que por cada ejemplar brillante de estos que les relato hay que tragarse demasiada morralla, demasiado paniaguado que encima saben ganarse el favor de los medios. Pero la verdad emerge con toda su fuerza y los G&G de Ciudadanos no han caído en el desánimo. Sin duda, un Supremo éxito.

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