Miguel Ángel Blanco o como el PP machaca su recuerdo 17 años después de ser asesinado
Justo hoy hace 17 años, apenas unos minutos por encima de las cuatro de la tarde, en un caluroso mes de julio de 1997, unos desalmados terroristas descerrajaban un disparo en la cabeza del concejal popular de Ermua Miguel Ángel Blanco, una muerte que se cobraba la liberación el 1 de julio de José Antonio Ortega Lara, el secuestro más largo perpetrado por ETA y que fue fruto de una labor nunca suficientemente pagada de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Aznar, ante la captura exprés de Miguel Ángel Blanco y las peticiones inasumibles de los violentos terroristas, pedían acercamientos y liberaciones en un plazo no mayor a las 48 horas o si no se cargaban al político del PP, decidió que ya estaba bien de plegarse al chantaje, al miedo y al temor de unos encapuchados que, visto lo visto, siempre actuaban de espaldas, jamás daban la cara para cometer sus irracionales y cruentos asesinatos. España entera salió a la calle como nunca, con una manifestación histórica en Bilbao para temor de los del PNV que, acojonados por la muestra de fervor popular, temieron lo peor, no sólo que ETA se cargara al concejal, sino que además la sociedad vasca empezara a no tener miedo a pronunciarse abiertamente sobre política.
La presión popular no surtió efecto y un 12 de julio como hoy, pasadas las cuatro de la tarde, Blanco era disparado y dejado tirado en el suelo, aún con vida, pero sin esperanzas cuando era llevado al hospital de que su vida se salvara, como desgraciadamente así fue. La gente entonces volvió a la calle y se volvió contra las sedes de quienes políticamente amparaban a los etarras, HB y, por un tiempo, se pensó que la lucha contra ETA iba a decidirse por la vía rápida, con derrota, por supuesto, de quienes llevaban décadas infligiendo tanto dolor a la sociedad española. Pero rápidamente se desvaneció cualquier atisbo de ilusión.
Aznar sucumbió a la siempre tentadora posibilidad de sellar su acción de Gobierno con una paz duradera y cayó en la trampa de una tregua trampa, la que necesitaban los etarras para rearmarse tras varias operaciones contra el entorno armado desde la muerte de Miguel Ángel Blanco. El anuncio de cese de atentados sólo duró poco más de un año, de septiembre de 1998 a finales de 1999. Seguidamente, ya en época de Zapatero, se seguirían las mismas líneas, con una paz irreal que se rompería en vísperas de la Nochevieja de 2006 con el atentado de la T-4, pero antes ya se había procedido a la bochornosa liberación de De Juana Chaos y poco después hubo que vivir el bochorno del chivatazo del Bar Faisán. Un mes antes para que ZP saliera del Gobierno, ETA anunciaba un 20 de octubre de 2011 el fin de la lucha armada con carácter indefinido.
¿Y que ha hecho Rajoy en todos estos años? Seguir la hoja de ruta marcada, es decir poner en la calle a varios presos, sobre todo es dañino el caso de liberar al sangriento Bolinaga que, a lo que se ve, muy enfermo terminal no estaba (decían que le quedaban meses de vida y aún goza de excelsa salud), darse prisa en ejecutar la derogación de la Doctrina Parot, venga más etarras fuera de las cárceles y, lo más humillante, pisotear la memoria de decenas de miles de víctimas del terrorismo que han sufrido a cambio de nada, aunque siempre habrá quien prefiera tragarse el dolor por el asesinato de un hermano a cambio de vegetar en el PP. Y es que es triste gracia que Mari Mar Blanco acepte estar en ese PP donde se pisotea cada día el recuerdo de un Miguel Ángel Blanco que fue sacrificado para que hoy Bildu gobierne en varias instituciones o Bolinaga salga alegremente de txiquitos. ¡Qué vergüenza de país!
1 comentario
Irantxu -
¿Vergüenza? ¡Vergüenza que haya tantos que quieran seguir utilizando la memoria de los muertos contra los políticos que le caen mal! Un respeto a los familiares de las víctimas, empezando por Mari Mar Blanco.