Messi, un balón de oro envenenado
¡Qué flaco favor le han hecho la FIFA y Adidas a Leo Messi! Lo de ser nombrado balón de oro del Mundial de Brasil tras haber estado missing en los partidos relevantes, especialmente contra Bélgica, Holanda o en la finalísima contra Alemania, sólo puede entenderse por ese ininteligible concepto que los altos prebostes del balompié tienen a la hora de repartir los premios. Si ustedes se dan cuenta, determinadas decisiones han estado motivadas en los últimos años por pura cuestión de política deportiva, sin importar en realidad ni los méritos contraídos sobre el césped y tampoco sin taparse cuando cinco minutos después se optaba por contradecirse en la primera decisión.
Si Messi es nombrado balón de oro, a santo de qué viene posteriormente no incluir al argentino en el once ideal del campeonato mundial. No parece normal que la estrella del torneo no tenga un lugar preponderante en el olimpo terrenal y temporal de los dioses futbolísticos. ¿O es que tal vez Adidas, uno de los patrocinadores del Mundial y, casualmente, firma que viste a Leo Messi, ha influido para que se le dé ese premio de consolación al 10 de la albiceleste?
Messi, quitando el último año, se ha hecho acreedor a todos los galardones habidos y por haber, ha sido un jugador vital, desequilibrante, decisivo, diferente, imprevisible para los rivales. Sin embargo, en esta temporada, seguramente influenciado por los problemas extradeportivos, recordemos que entre su padre y él, supuestamente, le han intentado meter unos cuantos goles al fisco y les han pillado con el carrito del helado, su rendimiento ha caído en picado hasta el punto de no ser siquiera una lejana sombra de sí mismo, con vómitos repetidos en muchos partidos, incluso en la propia final donde su cara era un fiel reflejo de lo que ha sido un annus horribilis. Y como no había recibido suficientes críticas, llegan la FIFA y Adidas y le dan, nunca mejor dicho, la patada definitiva con un premio que es un caramelo envenenado.
0 comentarios