La pequeña revancha rojiblanca
Tres lustros ha habido que esperar para que el Atlético de Madrid gane en su estadio al Real Madrid. Al igual que sucedió hace justo un año, cuando se llevaban tropecientos derbis sin que los rojiblancos fuesen capaces de mojarle la oreja a los merengues y Miranda fue capaz de poner en las vitrinas colchoneras la Copa del Rey, ahora, hace ya algunos minutos, la ecuación ha vuelto a repetirse en el transcurso del partido de vuelta de la Supercopa de España.
Un gol en el primer minuto de juego, obra de Mandzukic, rompió el maleficio que perseguía en terreno propio a los del Cholo Simeone cada vez que el cuadro blanco pisaba la ribera del Manzanares. Tampoco vamos a ocultar que el colegiado de la ida echó una mano a la escuadra atlética con aquel penalti en el último minuto e igual la historia de hoy hubiese sido otra. Pero eso ya es hacer fútbol-ficción.
Cierto es que la Supercopa se ha convertido en una suerte de torneo menor, especialmente cuando uno no lo gana, pero es evidente que había ganas en ambos conjuntos de llevarse la copa a su casa. El Atlético de Madrid tenía varias razones, no sólo para resarcirse en un pequeño porcentaje de lo acaecido el 24 de mayo de 2014 con aquel testarazo de Sergio Ramos y que le dejó a posteriori sin el título, sino también por vencer esa especie de mal fario con los madridista en el Vicente Calderón y por demostrar ante los aficionados que las fugas de tres de los pilares del año pasado, Courtois, Costa y Luis Filipe, han sido perfectamente cubiertas.
El Real Madrid también quería el título para así poder emular al Barça del sextete y prueba de su ambición fue darle salida al campo a un lesionado Cristiano Ronaldo que, sinceramente, apenas inquietó a la zaga del Atlético, aunque evidentemente jugadores de su clase, aun renqueantes, son toda una garantía para liarla en una jugada aislada. Pero hoy no era la noche de CR7 y sus apolíneos abdominales quedaron reservados para mejor ocasión.
Ahora, celebrado modestamente este título por la parroquia rojiblanca y conociendo la filosofía de su entrenador, toca ya pensar en el lunes, a las 22 horas, y su partido contra el Rayo Vallecano. La Supercopa da un plus de prestigio, pero nadie quiere comenzar el campeonato regalando tres puntos.
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