Tenerife Norte: el aeropuerto donde planean los más ineptos
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, es decir AENA, debe tomar cartas en el asunto del trato cafre y deshumanizado que se está ofreciendo en algunas instalaciones de su competencia. Una de ellas, Tenerife Norte, cuenta con una suerte de personal que es para echarle de comer aparte. Sí, sé que lo sencillo es dirigirse directamente a la compañía de turno, en este caso concreto Iberia Express y luego a la empresa encargada de gestionar la seguridad. Sin embargo, AENA, como gestor último que es de esa infraestructura, tendría que solicitar mayor cordialidad de todos los trabajadores, máxime cuando se está tratando con personas que han pagado un precio (nada barato, por cierto) para volar.
Para empezar, la señora o señorita que nos atendió en el mostrado de Iberia Express para facturar el equipaje hacia Madrid, vuelo IB3939, de las 18.50, del 28 de agosto de 2014, no se enteraba de lo que se tenía entre manos, que si no se había pagado el exceso de equipaje cuando el recibo lo tenía delante de sus narices, luego peleándose con otros pasajeros diciéndoles que había overbooking y sin ofrecerles soluciones o alternativas. Arriba, en el control de seguridad, los guardias, más pijoteros que nunca, revisando hasta la extenuación aquellos bultos de mano que les parecían que iban demasiado cargados o que no sabían de que se trataba pese a pasarlos en reiteradas ocasiones por los rayos X. Encima, como sólo les funcionaba una cinta, los pasajeros se iban acumulando y aquello, más que un control de seguridad, parecía mismamente el camarote de los hermanos Marx.
Y el remate final fue el acceso al avión donde, al emitir más billetes que plazas tenía el avión, hubo asignadas varios asientos a más de un pasajero, así que luego hubo que hace un tetris para poder ubicar a cada viajero en el asiento correspondiente y a los que no se les podía dar la plaza que tenían reservada con antelación, pues se les buscaba buenamente la que fuera, pero tampoco crean que se les daban disculpas ni se daban las gracias por la santa e infinita paciencia. En fin, que el aeropuerto de Tenerife Norte se ha convertido en una suerte de experimento donde han empleado a la vez a varios ineptos y eso es algo que no se puede tolerar.
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