Bartomeu radicaliza al Barcelona

El Fútbol Club Barcelona, en concreto su presidente, el señor Bartomeu, sigue dando pasos hacia el objetivo de que la entidad culé deje de participar en cualquier competición española, ya sea fútbol, baloncesto, balonmano, hockey, fútbol sala o waterpolo. No se puede meter la pata tanto como lo ha hecho el dirigente que sustituyó en el cargo al lumbreras de Sandro Rosell, el hombre capaz de decir que se había fichado a Neymar por una cantidad y luego demostrarse que, como poco, se había pagado el doble y hay quien mantiene que el precio podría haber sido el triple. Al Real Madrid le intentaron vender al jugador por 150 kilos. Ahí queda el dato.

Bartomeu, que tomó las riendas del Barcelona hace más o menos un año, justo con el estallido del caso Neymar, ha seguido punto por punto el manual de la independencia que dejaron marcados sus antecesores, Laporta y Rosell. Este mandatario ha permitido que el Nou Camp se abra para la causa secesionista, ha estado siempre abierto para el uso y disfrute de los aquelarres separatistas más infames, fue lugar de paso de la famosa cadena humana pidiendo la independencia, se grita a favor de la secesión en el minuto 17 y 14 segundos de cada parte. Un verdadero despropósito que los verdaderos socios y simpatizantes culés no entienden y ven con verdadero desagrado hacia dónde están llevando cuatro cafres a su entidad deportiva.

Desgraciadamente, los clubes ahora, aunque no sean todos sociedades anónimas, y el Barça es uno de los que no tiene esa condición de SAD, funcionan como auténticas empresas en las que ya no vale cualquier aval. Aquí, por delante, se requieren los millones, demostrar que se tiene un potencial para poder dirigir la nave. Con este sistema, pueden pasar estas cosas, que venga un separatista o un manirroto y acabe con la historia centenaria de un club.

Ya podrá decir Pilar Rahola lo que quiera, podrá tildar de franquista a Tebas o a quien le salga de su mismísima almeja independentista, pero lo que está claro es que con la ley en la mano, el Barcelona, en una Cataluña independentista, debe ser expulsado automáticamente de la Liga y de la Federación. Y al cachondo de Benzema que alguien le diga que se informe y que no vaya metiendo la gamba diciendo por ahí que la Liga necesita del Barça. Nadie puede necesitar a nadie que no quiere estar en la casa común.