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Desde mi escaño

Botín echa cuentas con un Podemos gobernando España

Botín echa cuentas con un Podemos gobernando España

El PP podrá tomarse el fenómeno de Podemos como una pandilla de frikis o de lo que quiera que sean los miembros de ese partido en consideración de Génova 13. Pero algo debe haber dentro de la formación de Pablo Iglesias para que la presidenta de una institución del calado y de la fuerza del Banco Santander, preguntada por lo que podría suponer que Podemos gobernara, afirmase sin ningún titubeo que las empresas tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos escenarios. Es decir, da por válido lo que ha dictado el barómetro del CIS sobre intención de voto. Y si esto lo dice alguien como Botín no es para echarlo en saco roto. Todo lo contrario.

Está claro, y a nadie se le oculta la situación actual de corrupción que vive España, es que entre la ‘Operación Púnica’, los Pujol, los ERE de Andalucía, Bárcenas, Caja Madrid, Pantoja, Matas y así un largo etcétera de corruptelas abiertas y que nadie sabe cómo cerrarlas, se ha creado el caldo de cultivo necesario para que un partido como Podemos sea tenido en cuenta para gobernar este país o, como poco, para tener la llave de la gobernabilidad.

Lo decía también Ignacio Camacho en ‘Rojo y Negro’, de Radio4G, que al partido de Pablo Iglesias no le van a votar menos de tres millones de personas, pero incluso la cifra, como fuese a más de cinco millones de sufragios, el país puede convulsionar. Estamos ante una formación que, evidentemente, se presenta libre y limpia de corrupciones, pero con la mácula, por ejemplo, de tener simpatías por ETA o de comulgar con regímenes como los de Venezuela o Ecuador, auténticos liberticidas, erradicadores de medios de comunicación libres y plurales.

Hay quien sostiene que todo el mundo merece en esta vida una oportunidad y parece que los españoles, según las encuestas, se la quieren dar a Podemos. Lo que no sé si habrá tenido en cuenta Ana Patricia Botín es lo que le sucedió a su padre hace ya algunos años, cuando el gobierno dictatorial de Hugo Chávez se quedó con el negocio del Banco Santander en Venezuela al módico precio de 755 millones de euros. ¿Cree la presidenta que Pablo Iglesias no intentará nacionalizar el suyo y otros bancos? Las eléctricas, por ejemplo, y nunca mejor dicho, están en tensión ante lo que se avecina.

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