Y el Pequeño Nicolás se come también una Mandarina
Lo del Pequeño Nicolás comienza a tomar visos de choteo mundial. Ni Berlanga ni Santiago Segura hubieran imaginado jamás un guión tan surrealista y tan intrincado como está siendo el de las aventuras de este jovencito estafador pero que, a medida que pasan los días, todo lo que ayer parecía negro, ahora empieza a tomar tonalidad grisácea y amenaza con llegar a lo blanquecino. Por eso, sólo espero que las querellas que, por ejemplo, desde el CNI, se han interpuesto nos ayuden a poner a cada quien en su sitio y que su discurso de verdades aparentes, construidas únicamente a través de mentiras absolutas, se vea desmoronado como un castillo de naipes.
Por ejemplo, este golfo del Nicolás se crece porque hay una productora importante de este país, Mandarina, que produce para Telecinco Un tiempo nuevo, que no para de exprimir el fenómeno de este chaval hasta tal punto que, como ha descubierto en exclusiva Periodista Digital, se lo llevan el director general de la compañía a comer a uno de los restaurantes más exclusivos de Madrid, en La Moraleja. Claro, con ese tratamiento de gran sultán que le hacen al estafador de El Viso, cómo no va a seguir fabulando para que el share del programa gane unos cuantos puntos más. Cualquiera se sumaría a esa estrategia.
Dando por bueno que el Gobierno o el CNI no han prestado ni el más mínimo apoyo a este sujeto, desde luego no me queda duda alguna que otros golfos como él, como el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, sí que tiene mucho que explicar, sobre todo esas fotos en las que duerme plácidamente en el sofá del chalet que Nicolás usaba como centro de operaciones y hasta, parece ser, también de picadero. No, si tonto no es el chaval, que aprovechaba la más mínima para sacarse la foto de turno y luego, como si nada pasara, amenazase al baranda de turno con publicar la prueba si no había parné por medio.
Esta es la España que tenemos, donde el triunfador del año es un golfo de tomo y lomo, con la connivencia de ciertos padrinos y el apoyo a muerte de una de las productoras más importantes de nuestra televisión, Mandarina, que después de que se demuestre quién es el golfo al que han dado más jabón que a nadie, se acabará llamando Mandarín, porque descubrirán que este sujeto les ha engañado como a unos chinos.
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