La seguridad del taxi de toda la vida
Las situaciones de crisis obligan a agudizar el ingenio y justo es en esos momentos cuando suelen surgir las mejores ideas, aunque siempre hay excepciones y lo que para uno puede ser una ocurrencia simplemente genial, para otros supone ver cómo te quieren quitar la merienda delante de tus narices después de haber estado, además, durante muchos años sufriendo penalidades por mor de unas administraciones que, con tal de recaudar pasta, permitían que el sector del taxi creciera cual burbuja inmobiliaria. Vamos, dicho de otra manera, que aquí se daban licencias como churros sin hacer un estudio de mercado para ver si era o no factible tanto vehículo y encima llega Uber e intenta ya rematar al maltrecho sector del taxi.
Y es que quien suscribe, aunque aboga por la liberalización de servicios y que cuanto más competencia haya, más rentabilidad y ventajas habrá para prestatario de servicio y clientes, lo cierto es que en lo tocante al sector del taxi me sigo fiando del profesional de toda la vida que de quien te pinta un servicio que, por muy atractivo que sea su precio, tal vez luego surjan problemas que no te van a solucionar con la misma diligencia.
Para empezar, una compañía como Radio Teléfono Taxi presta un servicio excelente, con una puntualidad envidiable y además, ante cualquier incidencia, siempre están prestos a ayudar al cliente y, en caso de cualquier incidencia, uno tiene la tranquilidad de saber a quién le puede dirigir las quejas y las reclamaciones. Sin embargo, Uber no deja de ser un servicio que pone en contacto al dueño de un vehículo particular y a un cliente, pero si luego sobreviene algún problema, entonces vaya usted a reclamarle al maestro Armero y aquí, en España, somos muy de hacernos los locos cuando nos vienen con una reclamación (especialmente si ésta puede ser de carácter pecuniario).
¿Qué el taxi cuesta caro? Indudablemente, pero también hay que saber valorar otras variables como el tiempo y la tranquilidad y es verdad que estos profesionales del volante saben cumplir a la perfección con su cometido, entre otras razones porque se juegan su licencia. Los otros, en cambio, sólo tienen un contrato verbal que, en caso de incumplimiento, échales un galgo como quieras atraparles para que rindan cuentas. Así que yo me quedo con el taxi de toda la vida.
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