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Desde mi escaño

Willy Toledo: un vómito con patas

Hay que ser rata inmunda, personaje vomitivo y la repugnancia personificada para justificar la muerte de doce personas a manos de fanáticos islamistas o yihadistas. Cuando todo el mundo está condenando este brutal asesinato, incluso hasta los de Podemos han evitado hoy los giros lingüísticos, ha llegado este actor de pacotilla, este elemento infecto de la sociedad llamado Willy Toledo a decir, vía Twitter (la patria de determinados tarados e imbéciles), que entendía lo que había pasado en ese atentado en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, que Occidente mata silenciosamente y nadie dice nada. Y el tío se queda tan ancho.

Alguien, con todo el buen criterio del mundo, puede afirmar (y no estaría desencaminado) que le estamos dando demasiada bola a este tipo de siniestros personajes porque, sinceramente, lo único que buscan es satisfacer su propio ego y para ellos, verse en los papeles, en los diarios digitales o en las televisiones es algo que les coloca más que a un heroinómano una raya de la máxima pureza. Pero claro, si lo dejas pasar, la siguiente será más gorda y así hasta el infinito.

Por eso, cuando a personas anónimas se las detiene por amenazar en las redes sociales, no se entiende que alguien tan conocido como Willy Toledo campe a sus anchas por Twitter y no sea empapelado convenientemente. Es que en cuestión de una semana ha pasado de llamar asesino y torturador al Estado español a justificar la muerte de doce periodistas. Así, sin anestesia y encima buscando la complicidad de otros ‘basuras’ morales como él.

Evidentemente, no voy a caer en la bajeza moral de decir que se merecería lo mismo que él desea o justifica para otros, pero lo que sí tendría es que tomarse cartas en el asunto, dar un puñetazo sonoro sobre la mesa y meterle un buen puro a este individuo que hace tiempo que dejo la escena de la comicidad para pasar directamente a ser el bufón de cualquier causa. Ayer montaba una huelga de hambre en el aeropuerto de Guacimeta (Lanzarote) en pro del Sáhara, hoy se alía con los sucios y rastreros proetarras y mañana se pone la chilaba y el pañuelo palestino para caerle simpático a los asquerosos yihadistas. Lo raro es que los de El Jueves no le hayan contratado como ideólogo o dibujante. Porque, no puedo acabar el artículo sin decirlo, fíjense como en nuestra revista satírica española nunca ha habido huevos de hacer coñas con Mahoma, pero sí reírse del Papa, de Rouco Varela y de todos los católicos de bien.

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