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Desde mi escaño

El gran tongazo en Gran Hermano VIP: Belén Esteban salvada a pesar de la audiencia

¿Ha habido tomadura de pelo a los televidentes y participantes en el voto telefónico de ‘Gran Hermano VIP’? No seré quien acuse a Telecinco de manipular las llamadas, pero lo cierto es que resulta altamente sospechoso el ‘sorpasso’ de diez puntos que remontó Belén Esteban para, finalmente, seguir en la casa (muy supuestamente a su pesar) y que se fuese a la calle Ares Teixidó.

Todo suena raro, muy sospechoso y a nadie se le esconde que las dos semanas que quedan para que concluya el concurso no serían igual en audiencia con la princesa del pueblo dentro que fuera de la casa de Guadalix, por mucho que ella haya hecho el paripé de despedirse de todo hijo de vecino dentro del recinto pensando en que iba a ser la expulsada. No sólo es una buena actriz, es una excelsa estratega.

Yendo por partes. No es la primera vez que la cadena de Vasile está bajo la lupa de un supuesto tongo en las votaciones de su concurso. En el año 2005 se montó la mundial con la cantante canaria Idaira en ‘Operación Triunfo’. Resulta que los responsables del certamen musical, la productora Gestmusic, vio que era rentabilísimo nominar a la chica tinerfeña porque luego eran muchos televidentes de las Islas los que se dejaban sus buenos cuartos para salvarla de la expulsión.

Curiosamente, fue solventando todos los ‘cara y cruz’ a los que se enfrentaba hasta que en el último que se hacía antes de la final, sospechosamente, se produjo un problema en el sistema de recepción de votos. No iban bien las llamadas y los sms parecieron quedarse en el limbo. Resultado, Idaira fue eliminada porque ya no era rentable y no querían que se colara en la final. ‘Operación Triunfo’ dio otra explicación que no llegó a convencer. Pues con lo de Belén Esteban, tres cuartas partes de lo mismo, pero al revés. Aquí no interesaba que ella se fuese de ‘Gran Hermano VIP’.

Eso sí, la de Paracuellos que deje de montar dramas y llorar como una madre mexicana en un culebrón. Ella puede irse cuando desee de la casa, nadie la obliga a quedarse, pero si lo hace, claro está, debe pagar una indemnización por incumplimiento de contrato. Y que nadie se puede llamar a engaño, aquí no te pagan más que a nadie para lucir palmito como lo hizo Bibi Andersen en ‘Supervivientes’ y hacer que te expulsen a la segunda gala. Los espectadores sólo deciden las migajas de estos concursos-realities, lo demás está todo perfectamente preparado y guionizado para que gane quien desde el primer momento ha decidido Telecinco o la productora de marras. Lo demás, es creer en pajaritos preñados.

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