Yolanda Couceiro, la friki de Portugalete

¡Cuánto friki se está colando en la política española! Hace unos años nos reíamos de lo que pasaba en Italia con fenómenos como el de la Ciocciolina, una política que iba con los pechos al aire para buscar protagonismo y un escaño del que poder mamar. Sin embargo, ya no hay que ir al país transalpino para buscar estos elementos curiosos. Los tenemos aquí mismo, a la vuelta de la esquina. El último de todos en Portugalete y lo protagoniza una tal Yolando Couceiro Morín, quien se presenta a la alcaldía bajo las siglas del Partido por la Libertad, que está integrado en la plataforma de ‘Con las manos limpias’.

Esta señora, de mejor o de peor buen ver (para gustos los colores) ha optado por plagiar descaradamente la pose usada hace unos años por Albert Rivera cuando, siendo un total desconocido, decidió posar en pelotas (tapándose únicamente las partes pudorosas). Aquí, nuestra amiga opta por ponerse en la misma postura en su cartel o anuncio preelectoral, es decir como Dios la trajo al mundo, aunque tapando con un rótulo los pechos y con su mano ocultando la vagina.

Por supuesto, cada quien es libre de posar como le dé la real gana, que si lo hizo el líder de Ciudadanos en 2006, por qué no puede hacerlo ahora Yolanda Couceiro. Pero el problema no es ese. La cuestión es que no se trata de que se copie solamente la fachada y se recurra a trucos de prestidigitador mediocre. Rivera, más allá del desnudo, tenía unas ideas y un proyecto claro. No era un paracaidista o un arribista que pensase en trincar un puesto en el Parlamento catalán. Su partido ha ido subiendo lentamente y hoy es la cuarta fuerza a nivel nacional (al menos demoscópicamente) y dado como está el patio no sería desdeñable que empiece a ser tomada como un partido de Gobierno.

En cambio, la señor Couceiro utiliza el desnudo de su cuerpo para decirnos lo obvio, que los políticos dejan a los ciudadanos en pelotas. Pero, ¿qué nos propone esta política a cambio de que los ciudadanos de Portugalete la voten? Me da la sensación de que más allá de los fuegos artificiales del despelote, esta señora tiene poco que ofrecer. Las urnas dictarán sentencia en dos meses.