El zorrón de Olvido Hormigos ataca de nuevo

Olvido Hormigos debe creer que la humanidad, en términos generales, es como ella, es decir, o tonta absoluta o con más morro que un paquidermo. La ex concejal del vídeo porno, la zorrona de Los Yébenes, ha vuelto a dar a toda España una lección de cómo hacerte la indignada porque hablen de tu vida privada cuando por enésima vez le abres la puerta a una revista para mostrar en esta oportunidad las interioridades de una vivienda que, dicho sea de paso, es propiedad del cornudo mayor del pueblo, es decir Don Jesús Atahonero.

La señora Hormigos (que debe tener el apellido por los picores uterinos que debe parecer con demasiada regularidad y precisa hallar el remedio en plena calle de Madrid o en la Posada de las Ánimas) se ha paseado en los últimos días por los platós de diferentes programas de Telecinco (’Sálvame’ y ‘Gran Hermano VIP’) para vender que la suya es una familia feliz, que no tienen problema alguno y que ya está bien de que la gente hable y opine sobre su vida.

Obviamente, soltar esa perla delante de alguien como María Patiño es ir directamente a provocar, a tomar al personal por tonto de baba y, claro está, te expones a lo que te expones, a que empiecen a sacarte toda la mierda y todas las contradicciones, empezando porque mentías cuando decías que tu exmarido había ido libremente al ‘Deluxe’ porque luego reconoces que tú le obligaste o decir que tu esposo te daba vía libre para hacer lo que te daba la gana y en cambio poner en la revista que él era un controlador de cuidado y que cada vez que te mandaban un mensaje al móvil te preguntaba quién era (lógico y normal viendo lo casquivana que eres).

En fin Olvido, que vuelves a ser como el Guadiana, que apareces y desapareces, pero tus turbias aguas ya no pueden ocultarse. Tu negocio en lo que queda de vida es éste, venderte al mejor o peor postor, intentar montar númeritos y escenas (sexuales o no) y luego hacerte unas portadas y unos platós. No me extraña que te dedicases a la enseñanza porque tienes dotes sobradas para mostrarlo todo…sin dejar resquicio a la imaginación.