Plumillas sabelotodo que ya quieren finiquitar a Ancelotti

¡Qué fácil es hablar a toro pasado! ¡Qué sencillo es meterse con un entrenador que habla dentro del club y para sus jugadores y no para dar el espectáculo en las ruedas de prensa! Los medios de comunicación estaban esperando en la bajadita a Carlos Ancelotti y tras la derrota, por la mínima, en la ida de las semifinales de Champions ante la Juventus (2-1) y el tropezón en casa ante el Valencia 2-2, que es verdad que supone haber dicho adiós prácticamente al título de Liga, han vuelto a sacar los cuchillos y las porras para darle hasta en el velo del paladar al preparador italiano del Real Madrid. De verdad, ¡qué poca memoria!

A los listos que opinan cada noche en esos chiringuitos televisivos o radiofónicos habría que recordarles que su antecesor, Mourinho, fue un técnico que provocó tal incendio en el club merengue que, siendo lógicos, hubiese sido complejo que cualquier otro que hubiese ocupado su lugar hubiese reparado el siniestro en cuestión de un año. Pero Carlo lo hizo haciéndose nada más y nada menos que con una Copa del Rey, una Champions, una Supercopa de Europa y el Mundialito de clubes, cuatro entorchado de una tacada que deberían suponer al menos un comodín más que sólido para confiar en el italiano.

Pero claro, Ancelotti no es mediático, no se casa con nadie, es una especie de Vicente del Bosque (en sus buenos tiempos) que no da titulares morbosos ni aviva incendios. Eso no vende ni para las charletas de media noche en las teles o en las radios o para que As y Marca saquen portadas amarillistas. Lo peor de todo es que toda esta presión acabe llegando a la planta noble del Bernabéu y sea Florentino Pérez quien acabe contaminado por toda esta música de viento. Porque pedir dimisiones es muy sencillo y más aún ‘colocar’ en el banquillo merengue a los amigos de los medios, pero luego hay que ofrecer resultados y a veces eso no se consigue tan fácilmente.

A todos estos vocingleros que ahora claman contra Ancelotti igual habrá que verlos celebrar como locos la undécima del Real Madrid mientras se beben hasta el agua de las macetas. Y es que en España este es el gran mal que tenemos en muchos órdenes de la vida, que a veces preferimos a un Mourinho mediocre de resultados, pero que monte shows diarios a un entrenador efectivo como Ancelotti, que, pese a sus aciertos y sus errores, prefiere aplicar la máxima de la discreción y de lavar los trapos sucios en casa. La prueba final es que mientras uno, en tres años, logró tres títulos, Copa, Liga y Supercopa de España a cambio de dejar un vestuario en llamas, el otro, cuatro entorchados en un año y un club que vive un momento de dulce paz. Esa es la diferencia que determinados todólogos deportivos no ven…o no quieren ver.