Eliminados: un virus 4.0 se cuela en el cine para atracar a su bolsillo
Cargarse el séptimo arte parece el propósito de determinados directores de cine. Estamos de acuerdo en que hay que recurrir hoy en día a las nuevas tecnologías, pero hacer una película que se centra únicamente en una multipantalla en un portátil, y así a lo largo de 82 minutos, poco menos que invita al espectador a creer que está delante de un ordenador y no ante la gran pantalla. Es como ir a un cíber, pero con la diferencia de que la hora y media de conexión te sale mucho más económica.
La trama de Eliminados, según la web Film Affinity, es la siguiente: Mientras están chateando una noche online, seis amigos reciben por Skype un mensaje que dice ser de Laura Barns, una joven estudiante que se había suicidado justo un año antes tras ser humillada en Internet por un video sexual en el que la grabaron una noche borracha. Al principio los amigos piensan que es una broma, pero cuando el misterioso séptimo invitado comienza a revelar secretos íntimos de los demás miembros del chat, comienzan a darse cuenta de que el tema va en serio.
El presupuesto con el que ha contado su director, Levan Gabriadze, no habrá sido muy generoso, pero a decir verdad tampoco lo requería. Es simplemente poner una cámara a grabar y la historia se cuenta sola. Los personajes no tienen que cambiar siquiera de vestuario ni tampoco precisan de un guión con grandes dificultades. De hecho, casi hay más diálogo en el chat privado que hay entre los de los amigos al mismo tiempo que mantienen la vídeollamada a seis a través de Skype.
Los críticos de cine, al menos esos que suelen ganarse la vida con críticas melosas y al peso en función del cuánto y cuántas entradas me das a cambio de una buena reseña se han desecho en elogios a esta cinta hablando de la reinvención del concepto de terror basándose todo en una única pantalla de ordenador. Todos nos tenemos que imaginar lo que les va pasando a los personajes porque las escenas más morbosas o jugosas acaban siendo bastante movidas y difuminadas, especialmente el personaje que acaba con su cara dentro de una licuadora.
En definitiva, que si usted quiere gastar de seis a diez euros con cabeza, ponga al lado de la película Eliminados el adjetivo eliminada. No es que vaya a aburrirse, es que directamente es una tomadura de pelo, un virus 4.0 que se ha colado en las salas de cine y que viene a atacar y atracar directamente a su bolsillo. Mucho ojo a la hora de elegir y no sea un pardillo como quien suscribe.
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