Háztelo mirar, Piqué, háztelo mirar
Háztelo mirar, Piqué. Lo tuyo ya empieza a ser sumamente preocupante. Igual un día le montas el pollo a la guardia urbana de Barcelona como que en una celebración por un Mundial le sueltas un escupitajo a un directivo de la Federación Española de Fútbol, Pedro Cortés. El caso es que lo tuyo es hablar más de la cuenta, no conformarse con el mero protagonismo que te confiere ser uno de los mejores defensas de España (aunque tú te conformas con ser el Beckenbauer de Cataluña). Una pena que derroches tu talento con la pelota haciendo el payasete en cuanto tienes ocasión.
Lo bueno es que ahora puede ser que tengas unas cuantas semanas para reflexionar sobre lo que brota de tu alocada cabeza. Fíjate cómo es la vida que en menos de una semana has pasado de chotearte y recochinearte de los de Madrid y que vieran tu celebración en el césped del Dínamo Arena a soltarle a un juez de línea que te cagas en su p…madre. Roja directa y a lo mejor, con un poco de mala suerte para ti, te caen hasta doce partidos, aunque ya llegará la larga mano de Villar para que el castigo se quede en cuatro.
Pero vamos, que un mes de descanso en la Liga lo tienes prácticamente garantizado. A ver si en ese tiempo te dedicas en cuerpo y alma al autocontrol, a no actuar como podría portarse, por ejemplo, tu hijo Milan, pero con la diferencia de que éste tiene dos años y se le concede todo el derecho del mundo a chorrear inmadurez. Pero tú, Piqué, que ya llevas años en esto del fútbol, tendrías que ser consciente de que la entidad a la que representas se merece una imagen, aunque también la culpa es de los propios directivos que la gobiernan porque perdonan tus arranques de niño chico merced a que te has convertido en un independentista de tomo y lomo, aunque luego sólo sepas insultar en castellano.
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