Pancarteros, ignorantes y antiespañoles: Colau, Kichi y Willy Tolerdo
Son desechos de tienta. El problema es que hay que aguantarles cuatro años como alcaldes, a no ser que medio una improbable moción de censura. Me refiero a estos sujetos llamados Kichi, en Cádiz, o Ada Colau, en Barcelona, a los que se les une, como no podía ser de otra manera, el tonto habitual en todas las causas perdidas, el actor Willy Toledo, conocido más bien por Gili Tolerdo.
Este trío de mamarrachos, coincidiendo con la celebración ayer del Día de la Hispanidad, no tuvieron mejor ocurrencia que, a través de las redes sociales, poner que no era un día para celebrar nada, que el día 12 de octubre sólo vale para gastarse casi un millón de euros en conmemorar un genocidio, que España no descubrió nada y que lo único que hicimos fue matar a los indígenas. Claro que sí, y de paso también erradicamos el catalanismo que hablaban los mayas y los incas. Si es que hay que ser imbécil integral.
La cuestión es que esta chusma pulguienta y perro flautista se han creído que tienen el poder por sécula secolorum, que nadie los va a desalojar de ahí y que a lo mejor consideran que pueden copiar el chavismo más lacerante y recalcitrante, el de no hacer unas elecciones al uso. A ellos les gustaría quedarse por siempre en la poltrona e invitar a todos los actos al tonto de la pancarta, es decir a Willy Toledo, para que lea los pregones al estilo Fidel Castro, o sea, de siete horas largando bobadas por su bocaza.
Como diría el sabio del lugar, este es el nivel de politicastros que tenemos que aguantar en nuestras ciudades. La casta, como a ellos les gusta denominar a los viejos partidos, no sería buena y estaba llena de fallos y vicios intolerables, pero al menos no nos dejaban en evidencia. Hoy, en cambio, tenemos a amateurs metidos a alcaldes que no sólo no saben a hacer la o con un canuto, sino que encima nos cuestan más que los anteriores y encima van dejándonos en evidencia con sus chorradas y dislates varios. Pero encima de ser torpes e ignorantes, lo que ya faltaba para el euro es que vayan de antiespañoles. Parece de coña, de verdad.
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