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Desde mi escaño

Un cabestro anda suelto en Santiago de Compostela: Rafael Peña Vidal

Se llama Rafael Peña Vidal y, aparte de ser concejal de Medio Rural del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, es un cabestro impenitente, una mala bestia que tiene a mal ciscarse en España porque él es así y porque, entre otras cosas, pertenece a una de esas marcas blancas, a esas sucursales que Podemos ha ido repartiendo por la geografía española. En este caso, el sujeto en cuestión esté enrolado en las filas de Compostela Aberta. Digo yo que será lo único que tenga abierto este mamarracho facineroso, porque el magín lo tiene cerrado bajo siete llaves.

Este individuo, por calificarle de alguna manera, se dedicó en las vísperas de la Fiesta de la Hispanidad, a rajar contra el sentimiento patrio con expresiones tales como: “Puto ejército español y puta España”, frases todas ellas muy ‘reconfortantes’ y que dejan en un ‘excelso’ lugar a alguien que tiene por misión representar a una institución. Normal, claro está, que le hayan dado el puesto de concejal de Medio Rural. Una bestia como él, al menos así queda patente con esas expresiones empleadas, no puede aspirar a más. Vamos, a este tiparraco te lo encuentras por la calle y en vez de darte la mano te mete un par de coces y acabas bien aviado.

Sinceramente, de verdad, ¿no puede ponerse un poco más alto el listón de la política? ¿Por qué tenemos que aguantar a auténticos borregos en puestos de responsabilidad y, lo que es peor, a gente que se dedica a hablar mal del país que les ha visto nacer y que les ha otorgado la posibilidad de hacer algo bueno por los ciudadanos?

Si este es el nivel que vamos a tener que soportar los ciudadanos de aquí a los próximos cuatro años, mejor rezar para que el tiempo transcurra lo más rápido posible. No se puede tolerar este auténtico despropósito. Es como poner al mismísimo Dioni a presidir el Banco de España o al doctor Montes al frente de una clínica de fertilidad. Serían verdaderas aberraciones. Sin embargo, lamentablemente, parece que en política se soporta todo y los más mediocres, los más incapaces y los cabestros cum laude acaban hallando un hueco por el que colarse y encima hacer gala de su nula educación, como es el caso de este borrego de Rafael Peña Vidal. ¡Lástima que no le cayese el botafumeiro en plena cocorota!

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