La cobardía de Mariano Rajoy
Mariano Rajoy tiene por asesores de comunicación a Pepe Gotera y Otilio, chapuza a domicilio. De otra manera no se entiende que en el debate electoral en el que se darán cita las cuadra fuerzas con opciones reales de conformar Gobierno a partir del 20 de diciembre de 2014, el presidente y candidato a la reelección mande a la vicepresidenta y número dos por Madrid al plató de Atresmedia. ¿Nos hemos vuelto locos?
Lo cierto es que Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias van a encontrarse con una ventaja inesperada, la de sacudir hasta la extenuación a Rajoy por su incomparecencia. Da igual que los argumentos que lleve Soraya Sáenz de Santamaría sean mejores que los del resto o que le dé sopas con ondas a todos sus contrincantes. En el fondo del debate lo que va a trascender es la ausencia de quien es el actual jefe del Ejecutivo, que aspira a seguir siéndolo, y que no se atreve a dar la cara en una cita pública. ¿Miedo o desprecio a los rivales? De cualquier modo, siempre será un punto negativo, bien por cobardón o bien por despreciativo.
Lo peor de todo es que un buen político como es Pablo Casado tuvo que prestarse a hacer el Don Tancredo diciendo que Rajoy no tenía tiempo para acudir a todos los debates, que tenía reuniones muy serias a las que asistir y, sobre la marcha, se te ocurrían eventos del peso de acudir a ‘Tiempo de Juego’ (COPE) o hacer el cocinillas con Bertín Osborne en TVE. En fin, actos a los que no podía renunciar como todo el mundo puede entender y comprender perfectamente (ironía modo on).
La única explicación que aún no he escuchado para intentar justificar la espantada de Rajoy en el debate de Atresmedia es que tal vez, pensando en las peticiones de Rivera tras el 20-D, ya se piense en Soraya como presidenta real, que Rajoy no pase de ser un hombre de paja que estará en los carteles electorales, pero que acabe fuera de la acción de Gobierno por obra y gracia (y votos) de Ciudadanos.
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