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Desde mi escaño

El montaje suicida de Toño Sanchís rompe el 'Deluxe'

Del espectáculo de anoche, 4 de diciembre de 2015, me quedo con la estrategia de pillo y vivo (no sé si lo hizo conscientemente) de Toño Sanchís. El representante de Belén Esteban sabía perfectamente que lo iban a quemar en la pira del ‘Deluxe’ como se hacía con las brujas en los tiempos de la Inquisición y optó por romperle la estrategia a los del cotarro de Jorge Javier Vázquez.

Toño Sanchís, cuando en el programa ya empezaban a acercar la antorcha a la leña, se convertía en noticia porque había intentado suicidarse. Su mujer se lo encontró en casa en unas circunstancias poco recomendables y llamó urgentemente a una ambulancia para que fuese trasladado al Hospital de Puerta de Hierro, donde quedó ingresado. Todo parece indicar, ya que se habló hasta de lavado de estómago, que este individuo se mandó una macedonia de pastillas como merienda cena. Todo supuestamente, porque a esta gente le puedes dar la misma credibilidad que a un político en campaña electoral.

El caso es que Sanchís logró reventar la actualidad e incluso hasta una intensa Belén Esteban pareció por un momento olvidar la estafa de su representante, aunque hubo momentos en que no se sabía si lo que le preocupaba es que Toño la diñase y se quedase sin ver el millón de euros, que ella dejase de ser la protagonista de la noche o que estaba con la regla, porque vaya cara de vinagre tenía la amiga.

Pero, más allá de todo esto y de que hay que desear que Sanchís se recupere para que pueda dar las oportunas explicaciones, sigo pensando que todo esto, en cierta medida, responde a un montaje perfectamente preparado por todas las partes. ¿Con que fin? Vayan ustedes a las audiencias y verán qué subidón tuvo anoche el ‘Deluxe’. Eso sí, por mucho que se empeñen en Bluper, ganó ’Tu cara me suena’ (Antena 3). Y ya está comprobado que ni el intento de suicidio del representante de Belén Esteban o que retorne del ostracismo Rosa Benito ponen por delante al programa de Telecinco, que empieza a estar más moribundo que Toño Sanchís y sus negocios.

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