Santiago Negrín, un periodista diez

Cuánto desalmado hay por esta tierra llamada Canarias. Sí, señoras y señores, hay mucho estómago agradecido y mucho escriba o tertuliano sabelotodo que vomita su bilis a cambio de un generoso parné. Pero, sobre todo, somos la tierra en la que se le hace la ola al más inepto e incompetente director general que ha conocido la corta historia de la Radio Televisión Canaria, el señor Guillermo García, «Willy» para los amigos, y, en cambio, le esperamos con los cuchillos prestos y dispuestos a un profesional de la talla y de competencia como es Santiago Negrín.

¿Por qué? Muy sencillo, porque el nuevo rector del ente audiovisual autonómico no ha querido pasar por el aro de las productoras que hicieron su agosto con el pinchadiscos, el narrador de los partidos del Tenerife y el imprescindible de las galas de la reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Santiago Negrín ha impuesto un criterio que, discutible o no, prioriza el reparto de la tarta a más empresas que las cuatro que estaban enganchadas a la ubre de la TV Canaria. Claro, eso ha supuesto un auténtico «shock» para los amiguetes que se lo llevaban crudo mientras que el resto de empresas audiovisuales se las veían y deseaban para poder buscarse el guiso.

¿Saben ustedes cuáles son las críticas que le han caído a Santiago Negrín? Que ha dado cancha a productoras de programas que tienen un «share» deficiente. Claro, gran argumento que, sin embargo, obviaban en los tiempos del director general de la universidad de la vida con sus programas de chochos y moscas, auténticos bodrios que, sin embargo, eran comprados porque, en teoría, respondían a un interés general y porque una televisión pública está para dar respuesta a todo un archipiélago más allá de pensar en competir en audiencia.

Uno, que se precia de conocer a Santiago Negrín, puede acreditar que es un profesional como la copa de un pino, que allá donde ha estado lo ha hecho brillantemente, ya sea en el Parlamento de Canarias, como jefe de prensa del fallecido Adán Martín, en la propia TV Canaria o en la Ser. Y no solo es que sea un «crack» a nivel laboral, sino que es una persona que merece muchísimo la pena a nivel humano. Alguien que en sus responsabilidades profesionales en el ámbito político nunca dejaba de atender una petición y devolvía siempre las llamadas.

Ahora, cuatro pazguatos le quieren hacer la cama porque sí, porque es lo que toca. Es la ruindad de esta tierra donde hay gente que piensa que todo el año es Carnaval y van con la careta siempre puesta, pero con el puñal preparado para clavarlo por la espalda. No es de extrañar que con chusma así, Santiago Negrín a veces piense dejarlo.