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Desde mi escaño

Alcalde de Sevilla: saca en procesión el potorro insumiso de tu mujer

El alcalde socialista de Sevilla, Juan Espadas, se ha entregado de lleno y con placentera fruición a la causa podemita y está dispuesto a hacerle un 69 celestial a sus socios de Gobierno, Izquierda Unida y Participa Sevilla, apoyando la mamarrachada y blasfema procesión del coño insumiso. Lo que me extraña que aún los cofrades de la Pasión hispalense no se le hayan echado encima y le hayan dejado más morado que el manto de un nazareno por facineroso y por cargarse la Semana Santa para contentar a los ateos que le sostienen en la poltrona de la capital de La Giralda.

Este abyecto de Juan Espadas sería capaz de meterse el arma que da nombre a su apellido por salva sea la parte con tal de seguir en el machito si así se lo pidieran los comunistas y podemitas que le sujetan el palio del vicioso poder. Esto es lo que tiene no ganar unas elecciones, que se junta toda la porquería perdedora y se vuelve aún mucho más mierda cuando el partido que gobierna tiene que dejarse someter a toda clase de chantajes porque sus socios, a las primeras de cambio, te dejan caer si el menor asomo de arrepentimiento. Ellos son así, son como auténticas sanguijuelas, sólo les interesa chupar del que tiene el poder, pero que sea luego el alcalde, el señor Espadas, quien se quede solo ante el peligro o, lo que es lo mismo, ante la explicación de sus decisiones ante los medios de comunicación.

Pero, yendo a lo trascendental, al cogollo del asunto, o al coño en este caso, si tanto le gusta lo de la procesión de la vagina insumisa o coño insumiso, pues que en vez de sacar un atrezzo de plástico, convenza a su madre, a su mujer o a su hija (si la tiene) y que se ponga en una carroza como Dios la trajo al mundo y le enseñe a todos los sevillanos y a los turistas que estos días se congregan en la capital hispalense su insumiso potorro. Ya puestos a ser blasfemos, seámoslo con todas las consecuencias señor Espadas.

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