Histérica, racista y chalada señora en un guachinche tinerfeño: "Los canarios son unos moros de mierda"

Dicho con toda la ironía del mundo, no sé si a esta individua deberían de darle una medalla por cortesía de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias merced a la promoción que ha hecho de las Islas, de sus gentes y de su gastronomía.

Su vídeo, que se ha hecho viral y aquí pueden observar la escena íntegra, nos muestra a una elementa que no sólo es incapaz de cumplir las más elementales reglas de la cortesía y de la educación, sino que poco a poco fue gustándose en sus arrebatos hasta montar un verdadero pollo.

¿Qué pudo pasar por la cabeza de esta mujer, madrileña según dice ella misma aunque el habla parecía totalmente canario, para que lo que debía ser una rato de placer gastronómico acabara transformándose en una pérdida de nervios e insultando a todo bicho viviente?

En las imágenes se puede ver como una mujer en un arrebato de furia comienza a vociferar contra personal y clientes toda clase de improperios:

-PINCHE AQUÍ PARA VER EL VÍDEO ORIGINAL-

Moros de mierda, sucios y cochinos, canarios de mierda. Basura, que la Península vale más, que mi marido en la Península dice que sois unos guarros y unos hediondos de mierda.

Entre los abucheos de los comensales que se encuentran en ese instante en el local y que se toman con humor la histeria de la mujer, ésta prosigue:

Canarias es una puta mierda y los canarios son una mierda.

Y cuando parece que ésta va a proceder a abandonar el local, vuelve sobre sus pasos para seguir descalificando a los canarios con nuevos insultos.

Finalmente una trabajadora del establecimiento se acerca hasta ella para invitarla a salir y tras unos instantes en que la supuesta peninsular continúa desgañitándose para dejar clara su mala opinión de las Islas, su gastronomía y los isleños, abandona el lugar gritando por última vez

Sois unos moros de mierda.

Este tipo de personas, sin duda alguna, deberían de quedarse encerradas entre cuatro paredes, primero por maleducadas, segundo por chaladas y tercero porque provocan auténtica vergüenza ajenas.