Javier Ollo, alcalde de Alsasua, mándese usted a mudar
Alsasua se ha convertido en el botón de muestra de lo que vuelve a ser la lluvia escocesa en la que algunos pretenden convertir la violencia contra todo aquello que huela a España. Su alcalde, Javier Ollo, se ha convertido en el perfecto ejemplo de un ser taimado, de un auténtico incapaz de hacer cumplir las leyes porque, para empezar, debería ser quien primero las obedeciese. Pero como eso parece que no va a darse bajo ningún prisma, pues entonces tampoco se ve capacitado para hacer que los demás pasen por el aro de la legalidad.
Una vez más, este miembro de Geroa Bai ha vuelto a dar un signo más de preocupación sobre el clima de kale borroka que se ha instalado en el coqueto municipio navarro donde, insisto, sus gentes están coaccionadas y obligadas a cumplir con un papel de extra en esa peculiar ley del silencio que pretender imponer los matones del lugar con, insisto, la complicidad del primer edil que, por omisión y pasividad, no mueve un dedo para defender a los ciudadanos agredidos, en este caso dos guardias civiles y sus parejas, pero que en cambio tiene el olfato muy fino para ponerse a la cabecera de las manifestaciones que piden la expulsión de la Benemérita de Alsasua.
Por supuesto, el señor Ollo ya ha dejado muy claro que le parecen desproporcionadas y un abuso de poder increíble el encarcelamiento de seis personas y que a dos se les retirase el pasaporte por su participación en la paliza a los agentes. Sí, es verdad, es desproporcionado porque pensemos que no son ni un 20% de los sujetos que participaron en el aquelarre contra dos números de la Benemérita y sus novias. 50 agresores contra cuatro personas que pasaban una entretenida velada en un bar de esa localidad.
Aquí la única desproporción que existe es la de que usted siga siendo alcalde de Alsasua. Señor Ollo, mándese usted a mudar a Groelandia o a un planeta alejado. Si no le gusta a usted la Guardia Civil no tiene sentido sufrir, coja su maleta, el pasaporte y váyase lejos de España. Así usted vivirá feliz y sus conciudadanos mucho más, hartos ya de un político tan cobarde como taciturno.
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