Irene Villa, un ejemplo de vida y de felicidad
Irene Villa es todo un ejemplo a seguir, un ejemplo de fortaleza vital, de resiliencia, de optimismo y positividad pese a la desgracia de convivir eternamente con las secuelas de un terrorífico y espeluznante atentado de ETA que le hizo perder la movilidad, aunque gracias a la ciencia, ahora puede hacer sus quehaceres diarios sin mayor problema, disfruta también de su actividad preferida, el esquí, y encima ha sido madre de tres niños. Lo dicho, Villa es el paradigma de esas personas que hacen que resulte bonito y apasionante vivir.
Irene ya me había ganado tiempo atrás. Nadie que hubiera sufrido en sus carnes, en este caso en sus piernas, la barbarie descerebrada de los etarras, podría vivir sin pensar en cualquier momento del día lo desgraciada que era por tener los signos perpetuos del atentado e incluso comerse la cabeza con un odio creciente hacia los autores de la explosión y todos aquellos que apoyaban las matanzas indiscriminadas de los terroristas. Pero no, Irene no sólo supo salir adelante, focalizándose única y exclusivamente en su recuperación, sino que además ha sabido perdonar a quienes le hicieron ese terrible daño y a día de hoy es capaz de ponerle una sonrisa a su propia situación física.
Irene Villa estuvo hace unos días en el programa Espejo Público, de Antena 3, con Susanna Griso, y dejó una de esas frases que te deja impactado. Ella como nadie bromeó con su problema de movilidad y aseguraba que la ventaja que ella tenía al ser desmontable es que toda su familia cabía en la ducha. ¡Qué forma más original, contundente, impactante y hasta divertida de quitarle hierro a una situación que en cualquiera de nosotros podría suponer un drama!
De verdad, ¡cuántas Irene Villa harían falta en este país! Una persona como ella que no sólo ha sabido sobreponerse a la adversidad, sino que además es capaz de educar a sus hijos en la misma filosofía de vida. Y es que es cierto que cuanto menos rencor se tenga, más sencillo y fácil es vivir y llegar a la felicidad. E Irene sabe que tiene mucha vida por delante y que en modo alguno quiere amargarse la existencia, sino todo lo contrario. Muchísimas felicidades por ser un ejemplo de talla mundial.
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