Pedro Sánchez, don erre que erre
Pedro Sánchez Castejón está a un paso de ser el mismísimo redivivo de ‘El Empecinado’, pero no precisamente emulando a uno de nuestros más famosos héroes que ha dado la historia española, sino por empecinarse en hundir el PSOE hasta hacerlo desaparecer.
El que fuese secretario general del Partido Socialista y que tuvo que salir por la puerta de atrás tras completar las dos peores elecciones generales de la formación de Ferraz a lo largo de toda su historia, se empeña en volver a liderar un partido con 137 años y que este caballero tiene todos los visos de dejar más hundido que el Titanic tras chocar contra el iceberg.
Sánchez insiste en que él es el candidato de la militancia, de las bases, pero lo que nunca reconocerá es que él solamente fue el secretario general que otra ‘lumbreras’, Susana Díaz, quiso que saliera como perfecto hombre de paja que le calentase la poltrona de Ferraz mientras ella se preparaba para dar el salto desde Despeñaperros. El problema para la presidenta de la Junta de Andalucía es que Sánchez se le rebeló y empezó a creer que él podía manejarse y navegar sin el cuaderno de bitácora de la lideresa del sur. Craso error.
Lo que el exjugador del Estudiantes desconoce es que las bases a las que él tanto alaba por el momento ya están hartas de ver como el PSOE se ha resquebrajado, que ha perdido toda credibilidad entre los suyos. Y no precisamente por apoyar al PP en estos últimos tiempos, sino porque vieron que Sánchez hubiera dado su alma al diablo por ser presidente del Gobierno con separatistas, podemitas y proetarras.
Por eso, Sánchez, por mucho que insista en que tiene un alto porcentaje de apoyos, la realidad es que estos son cada vez menos y que a más de uno a estas horas hasta le esté doliendo en el bolsillo los 39 euros que tuvo que abonar por ir a ver el mitin en Dos Hermanas de un señor que, a la que pueda, se vuelve a ir de viaje a Estados Unidos…si es que Donald Trump le deja entrar, claro.
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