Podemos aplica la ley del silencio con el escándalo de Monedero

Es el escándalo que no cesa.
Y lo peor es que cada dato que vamos conociendo del 'affaire' Monedero es más truculuento que el anterior.
Lo más grave de todo es que la dirección de Podemos, ya fuera con Pablo Iglesias, con Irene Montero o con Ione Belarra es que establecieron una dictadura del terror cuando comenzaron a llegar las primeras denuncias internas de afiliadas y cargos públicos dentro de la formación sobre los abusos del cofundador morado hacia ellas.
Mujeres como Lola Sánchez Caldentey, quien fuera eurodiputada, tuvieron que sufrir el desdén de unos compañeros a los que se obligó a ejercer un papel de extras forzosos en una ley del silencio porque había mucho en juego, mucho más que defender los principios feministas y que no era otra cosa que seguir ambicionando poder y ser fuerza decisiva para pisar las mullidas moquetas de La Moncloa y disfrutar de despachos con sillones de cuero repujado y mesas de madera de caoba.
Esa política se hartó de ver que las denuncias internas no prosperaban, que iban directamente a la papelera y ha decidido hablar alto y claro sobre quién era Monedero y las terroríficas actitudes que tenía hacia las mujeres, a las que trataba como mero objeto de diversión, de entreteniemiento y cuando dejaban de ponerle borrico, pues seguramente sería mandadas a un rincón marginal o detrás de una columna, algo de lo que Tania Sánchez, ex de Pablo Iglesias, debe conocer al dedillo.
¿Y cómo han reaccionado los prebostes de Podemos? Con excusas de mal pagador, con indignación y hasta tratando de cancelar a Sánchez Caldentey y a otras denunciantes. Han tratado de tapar el escándalo como aquel que trata de ocultar el sol con un dedo. Pero no han podido. Cada día es una historia nueva y el propio Monedero, cobarde como nadie, ha optado por escapar de la vida pública y escapar momentáneamente de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense para no verse sometido a una presión insoportable.
Y es que allí, en el Campus de Somosaguas, todos sabían quién era el cofundador de Podemos y cómo se las gastaba con las alumnas. A todas las definía por un rasgo físico, pero lo más aberrante es saber qué mote les ponía a las alumnas rellenitas o que estaban en edad ya de concebir, el de "vacas lecheras". Y eso es precisamente, una leche, lo que ha faltado a Monedero, que salva de que ha estado rodeado, a Dios gracias para él, de personas demasiado pacíficas....¡¡¡hasta ahora!!!
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