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Desde mi escaño

Las autoridades deportivas dan pellizcos de monja con la violencia en el fútbol

Las autoridades deportivas dan pellizcos de monja con la violencia en el fútbol

Las autoridades deportivas de este país, llámese Consejo Superior de Deportes, Liga de Fútbol Profesional o Federación Española, lejos de hacerle un favor al mundo del balompié, le van a causar un daño aún peor con la medida de que se denuncie a los clubes propietarios de los terrenos de juego cuando sus aficionados profieran insultos contra el rival, contra los suyos propios o se cisquen en España, que es lo que viene pasando en algún que otro campo de ese pequeño país al Este de la Península. Van a conseguir hacer buena esa máxima de que ha sido peor el remedio que la enfermedad.

Porque, partiendo de la base de que es verdad que a los campos de fútbol o a cualquier evento deportivo, uno debe ir a disfrutar del juego, del espectáculo y disfrutar, a ser posible, del triunfo de sus colores, lo cierto es que es imposible por parte de las entidades controlar quiénes pueden o no soltar insultos a lo largo de los 90 minutos de juego. ¿Quién nos dice que ese hincha que lleva la indumentaria de Real Madrid no es un infiltrado que ha ido a tocar los timbales a la afición y busca más que nada notoriedad y conseguir el cierre del recinto deportivo? ¿O acaso se va a poner a un policía detrás de cada seguidor para vigilar en todo momento su vocabulario durante el choque?

Aquí el problema fundamental parte de una falta de valores, de una educación pura y dura que tiene que partir desde el hogar, que es donde deben ponerse los fundamentos, pero luego también tiene que tener su continuidad en la escuela, pero ésta nunca debe ser la que debe darle esos códigos al niño para que sea persona en la vida, sino reforzarle los principios que trae desde casa. Lo que es evidente es que sin un mínimo de educación, al final acabamos viendo cuál es el verdadero germen de estos grupúsculos, gentuza sin escrúpulos que van al fútbol como el que va a una guerra, a gozar únicamente si hay mamporros o cadenazos de por medio.

Por lo que sí deben velar las autoridades deportivas es por sancionar a los equipos que sigan amparando a estos golfos que van a montarla semana sí y semana también a los campos de fútbol y aledaños. Por lo pronto, Real Madrid, Barcelona y ahora el Atlético de Madrid se han quitado a esos indeseables de encima. A ver si los otros 17 formaciones restantes y todas las que conforman el balompié profesional fumigan a estas malas bestias de raíz y para siempre.

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