Blogia
Desde mi escaño

Los culpables del vodevil de la Copa del Rey

El fútbol español ha hecho una vez más el mayor de los ridículos con la designación de la final de la Copa del Rey. El evento que más prestigio le debería dar al deporte rey en España se ha convertido, por obra y desgracia de sus dirigentes, en una especie de ópera bufa de muy difícil digestión. Aquí todos son culpables, desde la Federación hasta los clubes implicados y un presidente que cede el terreno de juego a gusto de consumidor. Pero vayamos por partes.

En primer lugar, nada de esto pasaría si el propio Ángel María Villar diese un puñetazo encima de la mesa y dijese alto y claro en la asamblea de julio: “señores, la final se juega en tal fecha y en este estadio, punto”. Sin embargo, al igual que le pasó en 2012, donde también llegaron el Athletic de Bilbao y el Barcelona, resulta que se ha visto obligado a tener que forzar la sede, el Nou Camp, porque ambos equipos querían el imposible del Bernabéu y las opciones alternativas, Valencia y Sevilla, no las contemplaban.

Siguientes culpables, los dos finalistas. No hay que esconderle a nadie que los dos querían el Santiago Bernabéu por dos razones esenciales, ganar la Copa en el estadio de un rival al que le tienen ganas y, de paso, poder pitar el himno y al monarca español a pleno pulmón. Si en vez de tener esa actitud infantiloide hubiesen sido coherentes en sus argumentos, en 2012 y ahora, igual el Real Madrid, es decir Florentino Pérez, no se hubiese negado a ceder el terreno de juego.

El cuarto y último es el propio presidente merengue. Sí, de acuerdo que los clubes tienen el derecho y la potestad de ceder su campo a gusto de consumidor y que esta final no le venía bien por cuestiones de todos conocidas. Sin embargo, dando por bueno el argumento de los pitos, éstos van a producirse en el Nou Camp igualmente, como se produjeron en Mestalla (2009) y Vicente Calderón (2012). ¿Sabe Florentino Pérez cuánta pasta han dejado de ganar los hoteleros y hosteleros de la capital de España?

Lo peor de todo es que en 2016 volveremos a estar con problemas similares porque nadie se atreverá a ponerle el cascabel al gato…o a la Copa.

0 comentarios