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Desde mi escaño

Una raya en el agua

Hoy me siento una mezcla de Andrés Chaves y Jaime Peñafiel cuando tienen el día secretero y tengo varias preguntas sin respuesta que espero que ustedes, sagaces lectores, sepan descifrar y desentrañar cuales incógnitas de unas ecuaciones, esos temidos sistemas matemáticos de nuestra tierna pubertad y que hoy, vistas desde la distancia, nos parecen, nunca mejor dicho, un auténtico juego de niños. Pero bueno, al meollo de la cuestión y de las cuestiones, ¿qué empresario o empresarios canarios fueron detenidos el pasado 30 de mayo, Día de Canarias? ¿Cuál o cuáles son los motivos por los que se procedió a su traslado a dependencias policiales para tomárseles declaración y acabar retenidos las 72 horas que marca la ley hasta poder dictaminar su mayor o menor responsabilidad penal? ¿Por qué dicho hecho no ha tenido la repercusión mediática que debiera? Es más, ¿los responsables de prensa de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado emitieron nota de prensa del suceso?

Pero no son sólo estas interrogantes, como decía aquel dibujo animado de la tele, "no se vayan todavía, que aún hay más". ¿Quién está detrás de estas personas para que sus aviesas intenciones queden siempre ocultas? ¿Será una rosa, será un clavel? La verdad es que la cosa no está nada segura, salvo que los barandas fueron dejando algo más que una raya en el mar, pero no en el fondo del tal y cual matarile rile ron y con la llave sumergida en los fondos abisales, sino en plena superficie acuosa. ¿Será esta un asunto de derechas o de izquierdas? No, más bien es un hecho de auténticos SINVERGÜENZAS, en mayúscula y con todas las letras.

¿Por qué la literatura de cuartelillo se apresura a escupir en menos que canta un gallo cualquier hecho delictivo, aunque sea el robo de una barra de pan y, en cambio, cuando se trata de un suceso de mayor calado (y peso), donde están implicados personajes de mayor o menor relieve empresarial, se hace un silencio sepulcral y se intenta callar el hecho cueste lo que cueste? Y, ya para terminar, si alguno de estos individuos pagó la fianza, ¿lo hizo al coste o con costo? Lo cierto es, únicamente, que alguno se ha pasado de la raya. Y si quieren despejar la X acuérdense de esta sencilla fórmula: X+X=X+X+X-X.

2 comentarios

Máximo Medina -

Los insondables misterios del ser humano comienzan con una pregunta: ¿de dónde venimos y adónde vamos? Muchos no lo tienen muy claro, ni si quiera con la ecuación de la X. Lo único probable es que el tiempo termine por poner a cada cual en su sitio. Es una norma de la Naturaleza que suele cumplirse.

cris -

Juan, a mi es que las matemáticas no se me dan bien...pero vaya incógnita, no?