ZPrestación tramposa
Nos lo temíamos y al final las previsiones más pesimistas se han hecho realidad. José Luis Rodríguez Ztrampas la ha vuelto a hacer, ha vuelto a engañar a los españoles, sobre todo a aquellos que están sufriendo la lacra del desempleo y no poder recibir ni un euro de subsidio. Con ‘estivalidad’, ‘mañanicidad’ y mucha más alevosía salía la señorita Pepis, De la Vogue, alias la de los trajes, la pasada semana a anunciar a bombo y platillo la aprobación de una ayuda de 420 euros, por un período de seis meses, a aquellas personas que se hubiesen quedado ya sin ninguna prestación por desempleo. Hasta aquí, qué duda cabe, nada que objetar, salvo, eso sí, la manía de solventarlo todo a base de propinas y de no fomentar la creación de empleo, pero menos da una piedra, pudiera pensarse también.
Sin embargo, muchos recelábamos de esta medida, algún truco de magia, de prestidigitador cambalachero, tenía que haber dentro de este pomposo paquete de medidas para combatir los efectos del desempleo. Y sí, a fe que la maña se ha quedado descubierta a las primeras de cambio, en cuanto ha llegado el lunes y decenas de miles de personas en las principales capitales de España se han personado en las oficinas del INEM a preguntar por la famosa dádiva. Respuesta de los señores mediotínticos del chiringuito en cuestión, que esa ayuda sólo podrán percibirla los que ahora mismo, a partir del 1 de agosto de 2009, se hubiesen quedado ya sin ningún ingreso de ayuda por estar en paro. ¿Y los demás? Pues nada, a llorar al valle. Es decir, quien llevase sin ver un solo euro desde octubre o noviembre de 2008 por haber agotado toda percepción o subsidio, y por tanto estar en una situación extremadamente más delicada que quien acaba de ver ingresados unos cientos de euros en su cuenta, pues resulta que se tiene que fastidiar y a seguir tentando la suerte de que le llamen para un trabajo o acertar una lotería, que a día de hoy parece más sencillo que una colocación bajo la égida de ZParo.
Es sencillamente lamentable que se juegue con las personas desempleadas de esta manera tan vil y miserable. La situación de quien no trabaja, amén de no poder traer a casa ningún ingreso, es penosa porque día tras día se va hundiendo en un pozo de miseria y de desesperación. Uno, que en cierta medida atraviesa por una etapa similar, pero con un añadido aún más surrealista, llega a entender a esos tipos a los que se les pasan miles de cosas por la cabeza (y ninguna de ellas precisamente buena) para poner fin a ese sufrimiento y a esa sensación de ser un inútil integral por no poder trabajar. Es sumamente frustrante darse de bruces con un sistema que inhabilita al empresario poder contratar porque en muchos casos éste no tiene para cumplir con la plantilla y los proveedores y que cuando se ve un mínimo halo de esperanza, aunque sea a modo de cuatro pipas, 420 euros durante seis meses, llegue el Estado y también corte el grifo a los que peor lo están pasando.
1 comentario
Máximo Medina -
P.D. Saludos de Lewis Rogers, que está de vacaciones, aunque se asoma por el blog de vez en cuando.