'TerBoltator'
El nuevo récord mundial de los 100 metros lisos masculinos, un tiempo de 9.58 establecido por Usain Bolt el pasado 16 de agosto, ha dejado una vez más al descubierto que no parece haber límites para la superación humana. Cuando se consiguió rebasar el límite de los diez segundos, hace ya unas cuantas décadas, nadie podía imaginar que el registro aún podría seguir rebajándose de esta manera, pero es que pasar de los 9.69 a los 9.58 en un solo paso ya supone toda una revolución y puede empezar a poner en solfa a aquellos que piensan que jamás se podrá culminar esta carrera en menos de nueve segundos. El atleta jamaicano, por lo pronto, ya ha asegurado que está en condiciones de hacer una marca de 9.40. Habrá que estar a la expectativa, qué duda cabe.
La prensa alemana, sin embargo, ya ha salido a la palestra a poner en sospecha el crono de Bolt. Sin decir que se ha dopado, taimadamente da a entender que el tiempo logrado no es normal, algo en lo que todos podemos estar meridianamente de acuerdo, pero por lo pronto, salvo que los contrales antidopaje revelen lo contrario, hay que confiar en la pureza deportiva del atleta y felicitarle por la auténtica, dicho sea con todos los respetos, bestialidad que completó en el Estadio Olímpico de Berlín. De acuerdo que en la historia del atletismo ha habido casos que pueden inducir a la duda razonable, como pasó con el canadiense Ben Johnson, quien obtuvo un tiempo fuera de lo terrenal en las Olimpiadas de Seul, pero que días después veía como se le desposeía del récord, de la medalla y además era castigado duramente, tanto que nunca más se supo más de él.
En el caso de Usaín Bolt, empero, no creo que haya sombras de incertidumbre. En Pekín ganó la carrera de los 100 metros con una superioridad insultante e incluso, de no llegar a recrearse en la suerte, hubiese hecho en la capital china un tiempo similar al presentado en Berlín. Pasados todos los controles preceptivos, quedó demostrado que el deportista de Jamaica estaba más limpio que una patena, así que no creo que hubiese razones, tal y como insinúa algún rotativo nibelungo, para que ahora a Bolt le hubiese dado por mejorar artificialmente sus ya de por sí estratosféricas condiciones físicas. Lo único que cabe hacer es rendirse a sus pies y ver hasta dónde es capaz de llegar este deportista.
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Lewis Rogers -