El tocomocho de la TDT
¿Dónde está el tan cacareado fútbol gratis? ¿Dónde se han metido ahora los señores de La Sexta, esos mismos que la temporada pasada, cuando reventaron (desconozco si legal o ilegalmente) los contratos televisivos del Grupo Prisa, nos dieron la tabarra con el hecho de que no había necesidad de pagar cuando podíamos ver los partidos en abierto? Pues no, por mucho que ustedes busquen, lamentablemente, no les van a encontrar. Se han escondido dentro de un aparatito de TDT que, a modo de decodificador, será el que habrá que utilizar para poder ver los mejores encuentros de la Liga BBVA a partir del 30 de agosto (si es que hay alguien interesado en soltar 60 euros de vellón por el aparatejo más lo que cueste contratar cada partido.
Independientemente de la responsabilidad gubernamental en este apartado, lo cierto es que nadie ha reparado (o al menos así resulta aparentemente) en un aspecto fundamental. Casi todos los consumidores ya tienen en sus casas los aparatos de TDT, así como televisiones que ya incluyen esa tecnología. ¿Tienen que gastarse entonces un plus de 10.000 de las antiguas pesetas para poder ver esa TDT de pago? ¿O tienen que cambiar de televisión? Me da que aquí, al igual que ha pasado con lo de los famosos y tramposos 420 euros, alguien ha pecado de improvisación y no ha sabido hacer las cosas como realmente se debieran de hacer.
Insisto, me parece poco ético por parte de Mediapro que haya cambiado en solo dos meses de discurso (no voy a decir de bando) y pasar de proclamar el derecho de todos los españoles a ver el fútbol sin coste alguno a tener que pasar por taquilla (aunque sólo fuese a un euro el partido) para poder presenciar los choques más sugerentes de cada jornada. En fin, habrá que ver al final qué sucede con todo este lío mediático que se han montado a costa del balompié, pero esperemos que a la cadena de Roures no le suponga ver como se incrementan las deudas, sobre todo porque al final el pato lo pagarán los sufridos periodistas de La Sexta a modo de cierre o despidos en masa.
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Máximo Medina -