Natalia volverá a ganar en buena lid
España pudo venirse de los Mundiales de atletismo celebrados en Berlín con una segunda medalla de oro y con tres en el cómputo global merced al bronce de Jesús García Bragado en los 50 kilómetros marcha. Sin embargo, una torpe, a la par que arriesgada, acción de la mediofondista Natalia Rodríguez, nos privó de ese segundo metal de mayor graduación. La presea dorada, concedida en primer lugar, fue lógicamente retirada de la atleta española tras comprobarse que, entiendo que involuntariamente, había desplazado a una rival, Gelete Burka, y ésta cayó irremisiblemente al tartán. La decisión de los jueces, por tanto, tiene que quedar fuera de toda duda.
Evidentemente, una vez han pasado las horas, incluso un par de días, la reflexión y el enfriamiento de la cabeza hacen que no se vea con igual óptica por parte de todos los implicados la decisión de los jueces y la no aceptación del recurso presentado por la Federación Española de Atletismo. Aun reconociendo que pudo existir contacto (eso no lo niega ni Natalia Rodríguez), los defensores de la atleta catalana hablan y no paran de que Burka ya estaba totalmente agotada, que un simple soplido hubiese bastado para haber caído al suelo. Sí, pero hubo que tocarla, digo yo, de lo contrario igual no habría besado la superficie.
El problema, según se aprecia en el vídeo, es que Natalia Rodríguez trató (y de hecho lo hizo) de entrar por donde no había pista, quiso cortar por el punto más cercano, pero también el más complicado, y al final sucedió lo que tenía que suceder. Una lástima, sin duda, porque la española, independientemente de ese incidente, había sido la mejor de la carrera y lo demostró llegando, sin excesivos apuros, la primera a la línea de meta.
Ahora, como buenos quijotes que solemos ser los españoles, vemos fantasmas donde no los hay y conjeturamos como si no costara. Nos quejamos de que el público del estadio olímpico de Berlín se puso en pie a clamar contra la española, pero es que es normal, en una fracción de segundo se entiende que nuestra campeona empujó a Burka y eso va en contra del espíritu noble del deporte. Seguramente, de haber sido al revés, si nos tiran a nuestra atleta, habría que ver qué hubiesen dicho los medios y donde hubiésemos colocado a los responsables de la IAAF. En fin, Natalia tendrá muchas oportunidades para enmendar este error y colgarse muchas más medallas…sin necesidad de tener que rozarse con nadie.
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Lewis Rogers -