La tranquilidad debe imperar en el CD Tenerife
El CD Tenerife perdió el pasado sábado su primer encuentro como local. Ya son cuatro las derrotas que suma la entidad blanquiazul en seis jornadas, pero no sería procedente encender las alarmas porque, se quiera o no, ésta va a ser la tónica general a lo largo de toda la temporada. La escuadra entrenada por José Luis Oltra presenta un plantel que es el mismo que obtuvo el ascenso a Primera División, con algún que otro retoque, y con esas armas hay que emplearse a fondo para mantener la categoría, que es el único objetivo al que se puede aspirar en estos momentos, máxime cuando encima se ha tenido tan mala suerte con las lesiones, especialmente con Ricardo y Bertrán.
Sin embargo, a pesar de que tenemos que ser conscientes de las dificultades por las que atravesaremos a lo largo de esta campaña, me sorprende bastante que haya ciertos sectores (aficiones y mediáticos) que ya estén poniendo el grito en el cielo y exigiendo la máxima excelencia a esta plantilla. Pues miren, el salto de Segunda a la élite no resulta sencillo, pocos equipos se adaptan de una manera rápida (el Almería fue, en su momento, una rara avis) y si empezamos a poner palos en las ruedas, el avance será aun más tortuoso. Claro que perder no le gusta a nadie, pero es que este año tendremos que asumir que serán muchos puntos los que vuelen del Heliodoro y que lograrlos fuera tampoco será nada sencillo.
Además, si vemos la clasificación con frialdad, salvo los inalcanzables Barcelona y Real Madrid, a los que se les ha unido un potente Sevilla (veremos a ver si le alcanza la gasolina para afrontar tres competiciones), el resto de equipos están en un pañuelo de seis puntos, desde el cuarto, Deportivo (12) hasta el decimoquinto, Tenerife (6), que además tiene los mismos puntos que uno de los grandes de nuestro campeonato, el Atlético de Madrid, o tres puntos más que el Villarreal. Vale, en condiciones normales, estos dos nos superarán en la tabla dentro de unas jornadas, pero de momento siempre es un placer codearse con una formación histórica y con una que hasta la fecha ha venido completando unas últimas campañas sensacionales.
Ahora, con este parón de dos semanas por los compromisos de las selecciones nacionales, queda analizar lo que se ha hecho hasta la fecha, tratar de mejorar en punta de lanza, donde nos cuesta Dios y ayuda hacerle un gol al arco iris y poder trabajar a destajo con la defensa de circunstancias que nos ha dejado una lesión fortuita, la de Martínez, y aquella provocada por un entradón brutal de Drenthe. Yendo paso a paso, sin ponernos nerviosos desde el momento en que podamos caer en los puestos de descenso, la permanencia será posible. Fíjense el año pasado como un equipo como el Osasuna, desahuciado antes de la décima jornada, acabó por salvarse y meter en el fango al Real Betis. Por eso, la mejor medicina que se debe administrar desde el Callejón del Combate es la de la tranquilidad, que hasta ahora, con sus fallos lógicos, las cosas no se están haciendo nada mal.
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Lewis Rogers -