Maletas de lujo
Ding, dong, ding, ding, dong, dang, atención, última llamada para la maleta Samsung X-600, con destino Alicante, embarque urgentemente por la cinta transportadora número 12. Sí, aunque suene chistoso, incluso divertido, esto es lo que va a provocar la compañía Iberia con su medida revolucionaria de cargar con un suplemento de 60 euros la facturación del segundo bulto a quienes elijan viajar en las clases más económicas. Resulta paradójico, pero es que ahora mismo, si uno tiene un poco de paciencia a la hora de bucear por Internet, puede ser que encuentre vuelos de Gran Canaria a Madrid o de Tenerife a Bilbao, ida y vuelta, y en esta misma aerolínea, que le cueste el billete menos de 50 euros (incluso ha habido promociones con los precios más irrisorios que uno pudiera imaginar) y, en cambio, como se le ocurra ir con dos maletas, la segunda va a salir más cara que el pasaje. De locos, vamos. De todas maneras, no es de extrañar que la compañía de bandera aplique esta serie de tasas abusivas. Amparándose en su momento en la costumbre de otras líneas y por la crisis en general, Iberia apostó decididamente por suprimir el catering gratuito de sus vuelos. Nada, ni medio caramelo, al menos de balde, porque, por supuesto, lejos de por fin evitar el famoso rintintín de las azafatas, "¿desea comer el señor?", con el que te jeringaban la siesta, ahora te siguen perturbando el descanso para ver si vas a pedir algo del carísimo menú que te ofrecen en la carta. Y encima, para remachar la carambola, hasta ahora, mal que les pesase a los rectores de la aerolínea, podíamos acarrear nuestros propios víveres, hasta que se produjo la famosa intentona de introducir bombas diluidas en líquidos en el aeropuerto de Londres y, entonces, ni agua te dejan introducir en cabina (a no ser que la compres, claro está, en las megacarísimas tiendas del aeropuerto, justo después de pasar el control de seguridad). Con esto del cobro de 60 euros por la segunda maleta facturada (entiendo que si facturas una tercera y una cuarta el precio se incrementará en 120, 180…etc) la estampa que se verá en pocas semanas o meses, a no ser que la empresa rectifique, será similar a la de los años, 50, 60 y 70, con aquellos compartimentos de tercera de los trenes, donde al mismo tiempo que debían sentarse los viajeros, cabían no sé cuántos paquetes de comida, la cesta con las gallinas y hasta algún instrumento musical. Lo que está claro es que si yo me busco un billete de bajo costo, lo que no voy a estar dispuesto bajo ningún concepto es a pagar 60 euracos como si no costara. Eso sí, a estas alturas de la película, qué quieren que les diga, me sorprende que aún no haya salido a la palestra el Ministerio de Fomento para poner coto a este atraco a mano armada. Resulta demencial que una empresa, por muy privada o semiprivada que sea como es Iberia, pero que presta un servicio público esencial como es el transporte aéreo, abuse de los consumidores de esta manera y sin que el Gobierno haya sabido reaccionar. Confío en una pronta intermediación del señor Blanco, aunque tal y como está de liado en ese gabinete para solventar la crisis, seguramente la Unión Europea, vía Comisión, acabará por tirar de las orejas a la aerolínea, como hace muchos años ya le sucedió a Telefónica por intentar seguir avasallando a los usuarios y a la competencia.
1 comentario
Máximo Medina -