Chávez, ETA y la tibieza de Moratinos
¿Tomadura de pelo o encubrimiento descarado y vergonzante? Esta es la disquisición que nos atormenta a los españoles ante las últimas palabras emitidas por el Gorila Rojo, Hugo Chavez, en relación a las disculpas por parte del Ministro de Exteriores del Gobierno de España, Miguel Ángel Moratinos en torno a esas acusaciones sobre la alianza del Ejecutivo venezolano con la cúpula de ETA. Según afirma el propio dirigente bolivariano, ha sido el propio canciller español quien se ha mostrado avergonzado por las informaciones que han salido publicadas en los últimos días y que acusaban a Chavez de estar amparando y dando cobijo a los chicos de la Goma-2 con el objetivo de que luego se coaligaran con las FARC e intentar el asesinato del jefe del Ejecutivo colombiano, Álvaro Uribe, o al menos causar todos los daños posibles para debilitar en la mayor medida factible el mandato de este presidente.
Por supuesto, qué quieren que les diga, no le doy inicialmente crédito a las manifestaciones de un personaje de tan nefasta procedencia como es Chávez, pero tampoco me tranquiliza sobremanera que el autor de esas supuestas disculpas haya sido Miguel Ángel Moratinos. Lamentablemente, nuestro responsable de Exteriores se han destacado en demasiadas ocasiones por jugar en el filo de la navaja, por intentar contentar a unos y a otros y en política internacional, especialmente cuando hablamos de regímenes tan escasamente democráticos como el venezolano o el cubano, nuestro Gobierno, de un tiempo a esta parte, siempre ha apostado por la práctica de los paños calientes, de no herir las sensibilidades chavistas o castristas. Es más, si había que ignorar o ningunear a nadie, la parte perjudicada siempre ha sido la disidente, la de los "delincuentes" que diría ese pseudoactor llamado Willy Toledo, presumiblemente nuevo embajador de Cuba en España.
Sinceramente, me tomo muy en serio las acusaciones sobre Chávez y su implicación con la cúpula etarra. A este personaje, desde hace muchos años, se le ha ido la cabeza y es capaz de cometer los mayores disparates, desde reventar una cumbre de dirigentes iberoamericanos hasta amenazar con una guerra a los colombianos por una inexistente invasión de sus límites territoriales. Esperemos que sus bravuconadas terminen como le pasó hace más de dos décadas al lenguaraz de Gadafi, presidente libio, que se atrevió a retar a los Estados Unidos y acabó más desplumado que una gallina. Chávez, que no sus ciudadanos, está mereciendo un severo correctivo por parte de la comunidad internacional y ya se está tardando en dárselo.
1 comentario
Máximo Medina -