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Desde mi escaño

Próxima parada, Portugal

Próxima parada, Portugal

España, con sufrimiento, con un juego menos vistoso que el que se esperaba de inicio, está en los octavos de final y lo hará como primera de grupo. Portugal nos espera y ya no habrá segundas oportunidades, o ganamos o nos vamos de vuelta para casa. Por supuesto, hay que celebrar el éxito en su justa medida, sobre todo porque el campeonato del Mundo comenzaba de forma muy similar al de Francia 98, cuando caímos con Nigeria y luego un empate con Paraguay nos condenó a largarnos del torneo a las primeras de cambio. Esta vez el miedo nos lo puso Suiza, con un triunfo por 1-0, pero al final los de Vicente del Bosque supieron rehacerse del mazazo psicológico y enlazar dos victorias frente a Honduras (a la que dejamos escapar de una goleada escandalosa) y frente a Chile, que nos tuvo con el corazón en un puño durante el arranque del choque y en un porcentaje peligroso en el segundo tiempo.

España, después de todo, ha sido de las favoritas que ha conseguido su pase a las rondas eliminatorias, algo de lo que ya no pueden alardear ni franceses ni italianos. Los primeros, después de su derrota contra México, se vieron envueltos en un polvorín de todos contra todos, de Anelka insultando a Domenech, de la búsqueda del topo filtrador, de las rebeliones de jugadores que se negaron a saltar al campo frente a Sudáfrica. Los transalpinos, por su parte, empezaron como siempre, es decir empatando de puro milagro con Paraguay, pero su tumba estuvo en esa igualada contra Nueva Zelanda. Después, la novata Eslovaquia se bastó y se sobró para echar a la vigente campeona mundial.

Del resto de grandes, Alemania e Inglaterra, que se miden en una de las eliminatorias más apasionantes de octavos, las pasaron canutas para sellar su pase. Holanda y Argentina, nueve de nueve, fueron las auténticas dominadoras de sus grupos y los brasileños, jugando a medio gas contra Portugal, también se auparon a la primera plaza, aunque con siete puntos. Las sorpresas fueron la debutante Eslovaquia, que se bastó solita para apear a Italia; Japón, que demuestra que ya no sólo es Corea la que domina en el panorama asiático y, aunque no obtuviese el premio de la clasificación, Nueva Zelanda, que de ser la cenicienta del grupo, logró quedar por encima de Italia e incluso con un gol más hubiese estado en octavos. Todo un logro.

Ahora, a esperar al martes, a ver qué sucede contra Portugal y luego tocará echar números y combinaciones, pero Brasil sólo puede tocarnos en la final. Eso sí, de seguir vivos, en semifinales nos toparemos con alemanes, ingleses o argentinos (siempre y cuando se cumplan las previsiones, claro). Pero eso queda aún muy lejos y, por lo pronto, habrá que medirse y batirse el cobre contra los Cristiano Ronaldo y compañía.

1 comentario

Lewis Rogers -

El balance del Mundial una vez acabada la primera fase es paupérrimo. Quizás estemos ante la cita mundialista más pobre, porque precisamente eso, el fútbol, ha brillado por su ausencia. Nos hemos encontrado un buen número de selecciones que han pensado sólo en no perder, no en ganar, y así es difícil, por no escribir imposible, ver un buen espectáculo. España empezó con tropiezo y acabó el grupo con miedo ante una Chile bastante bien armada. Suiza se quedó fuera fruto de sus propias contradicciones, pues con un solo gol (el que le metió a España) no se puede pasar a la segunda fase. El único equipo que para mí ha dado la talla ha sido Argentina, pero sin hacer nada del otro mundo, aunque a Holanda aún no la he visto, pero sí conozco los andares de algunos de sus jugadores clave. Luego hay otros grupos que hasta ahora habían sido alegres en su juego, pero se han convertido en bloques defensivos: Brasil e Inglaterra. En los cariocas porque no poseen un centro del campo creativo y en el caso de los británicos porque tienen en el banquillo al inefable Capello, técnico que ha fracasado en todos los equipos que ha estado pero que a la vez no le falta trabajo para inculcar allá donde vaya su fútbol mezquino. En resumen, poco fútbol, muchas emociones y nivel ramplón en esta primera fase. Veremos si esto cambia o si por contrario se vuelve aún más soporífero. Porque por muy forofo que uno sea si en un partido ves sólo dos ocasiones en 90 minutos, acabas por aburrirte.