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Desde mi escaño

La zafiedad se paga a 100.000 euros el mes

La zafiedad se paga a 100.000 euros el mes

España, no creo que me canse de repetirlo, es diferente. Sólo aquí puede triunfar un personaje rayano en lo zafio, vulgar, hortera y barriobajero como Belén Esteban. Que Tele 5 haya tenido que recurrir a contratar (y a tener que pagar aún más parné a la que llaman pomposamente musa de San Blas) durante su vacaciones a esta señora porque los índices de audiencia se iban por el sumidero supone, hasta extremos insospechados, una pésima imagen ya no sólo de la cadena, sino de lo que realmente la población demanda. Las audiencias son la esclavitud del siglo XXI para los programadores de los diferentes canales, pero que los televidentes reclamen sospechosamente la presencia de la también conocida como princesa del pueblo ya es, como mínimo, para hacérselo mirar.

Uno, que ha estudiado y se ha licenciado en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, no llega a entender o a comprender por que en el programa de estudios de ésta o de cualquier otra institución académica de este país no se ha introducido en los programas docentes una asignatura sobre cómo ser famosilla/famosillo por la cara y, con un poco de suerte, levantarte 100.000 euros al mes o, lo que es lo mismo, 1.200.000 al año. Casi nada para el cuerpo, aunque me da que las pocas luces de Belén le pueden provocar que ese dinero le dure más bien poco.

Sin embargo, lo que ya es deleznable es que los jaleadores de la señora Esteban le hayan dado las fuerzas y los ánimos suficientes (el descaro ya venía de serie) para que ahora empiece a querer darnos clases de periodismo. Esto es lo que ya nos faltaba. Una persona que ha vivido del cuento (y sigue en ello, dicho sea de paso), que cree que su vida es tan maravillosa y enigmática que los medios de comunicación han tenido que pagar una morterada por unas exclusivas mentirosas y carentes de trascendencia, viene ahora a enmendarnos la plana, a decirnos que el periodismo no es contar mentiras. Pero, mi niña, ¿y qué es lo que has hecho tú durante todos estos años en connivencia con el sector taurino de tu ex familia? Bueno, en algo te pareces a Zapatero, en eso de que vamos a contar mentiras…y a partir del 1 de julio con IVA incrementado.

2 comentarios

Miguel -

Todo esto demuestra una vez mas el imperio del borreguismo y la ignorancia que se ha ido cosechando en este país desde hace años.Increíble, que semejante basta tenga tanta audiencia, así como el programa mismo. La tele se ha convertido en un "show" de pedorras y maricones igual que en sus tiempos el de los gladiadores para la chusma romana... es el opio del pueblo, para que no moleste demasiado.

Máximo Medina -

Ya estamos con lo mismo. Es injusto, rayano en la mayor de las tonterías, pero Belén Esteban se ha convertido en un 'producto' y Tele5 la exprime todo lo que puede para convertir su popularidad en dinero contante y sonante a través de la santa publicidad. Hay un grueso de consumidores de televisión (llamarlos televidentes me parece exagerado) que pugan por ver a esta señora y eso tiene un precio: un cuarto de hora de anuncios cada vez que abre la boca para decir la mayor de las necedades. No es la única, por cierto, porque en otros países también abunda esa fauna que se ha hecho famosa a costa de salir por televisión con frecuencia. Otra de las últimas ocurrencias de la TDT es poner tertulias (política y económicas)a todas horas y como siempre dicen lo mismo, acaban por cansar y perder audiencia, aunque mientras dure, que les quiten lo bailado. Otro asunto, éste más peligroso, es creerte que porque participes en un medio de comunicación (prensa, radio o televisión), pienses que eres periodista. Ahí doña Esteban falla por todos lados, porque un periodista no nace, se hace; sobretodo con formación y mucha experiencia, algo no parece importarle lo más mínimo a los medios informativos actuales, más metidos en el rollo informático que en informar. Cuánta razón tuvo Woody Allen al indicar que en L.A. no existía la basura, porque toda se reciclaba en la televisión. El entretenimiento ha degenerado en chochos y moscas, salvando sólo a las series.