Culebrones blanquiazules
El CD Pierderife prosigue su escalada en pos de hacerse hueco entre las producciones cinematográficas que aspiran a los premios Oscar a la comedia de surrealismo hilarante, mezclado con gotas de drama. El capítulo de la destitución de Arconada ha dejado entrever una especie del malrrollismo entre el ya ex míster blanquiazul y Toño Hernández, al que intentaron dejar sin funciones en el equipo y al final se abrió paso a codazos para estar ahí, en la cocina del Heliodoro y del Mundialito. Ahora le acusan de ser el instigador, el chivato, el culichichi y el correveidile. Tarde, mal e inoportuno el amigo Arco...nada a la hora de denunciar estos hecho.
El preparador vasco nunca tuvo que dejar (siempre manteniendo la tesis de que esto fuera cierto) que nadie que no fuese de su plena confianza estuviese en la zona de decisión, de la planificación deportiva. Soltar ahora por esa bocaza que Toño era el filtrador de las cosas del vestuario a la prensa no sólo es que sea inoportuno, sino que además demuestra una falta de personalidad del señor Arconada. El típico tópico indica que la ropa sucia se lava dentro de casa, pero el donostiarra ha querido sacar los trapos nada limpios a relucir delante de toda la afición blanquiazul.
Dudo mucho de que el técnico de Euskadi fuese capaz de decirle ni media a Toño Hernández. No me lo creo. Si yo voy a una empresa con plenos poderes, en este caso el de ser entrenador del representativo, no voy a permitir que me impongan a zutano o a mengano y menos aún que, si al final me lo tengo que comer con papas, el susodicho esté todo el día móvil en mano contando a la prensa las interioridades del vestuario.
De todas maneras, mantengo también desde estas líneas que al presidente de la entidad, Miguel Concepción Cáceres, el juguete se le ha ido de las manos hace mucho tiempo. Ha querido jugar a ser director deportivo, saltándose y puenteando a Santiago Llorente. No sólo ya es el tema de Oltra, sino que a Arconada le hizo marcaje desde la primera jornada de Liga. Ahí, quieran o no quieran verlo, ya le puso el sello Saimaza de la destitución, agravada con las derrotas de Elche, en Copa, y Salamanca, en la segunda fecha liguera.
Dicen los mentideros que el siguiente inquilino del banquillo es Juan Ramón López Muñiz. A vuela pluma, hay que recordar que este técnico logró el ascenso con el Málaga en la última jornada de la campaña 2008/2009, en un partido ante el CD Tenerife. Es curioso, pero este entrenador estuvo en el punto de mira de las sospechas tras las acusaciones de Jesuli, ex del Tenerife, que aseguró que hubo pagos de cuadro malacitano para que los tinerfeños no se esforzaran en demasía. Podría ser una buena pregunta para el señor Muñiz y así ya esclarecer toda sombra de duda.
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Lewis Rogers -