Dejadez internacional de ZP
El Gobierno de España lo ha hecho una vez más. De nuevo, ante un conflicto internacional en el que, además, tenemos mucho que decir, Zapatero pone pies en polvorosa y quien tendría que dar la cara, en sustitución de ZP, para defender nuestros intereses, la pierde-primarias Jiménez, se marchó de ronda a Bolivia y a Ecuador, naciones que, como cualquier experto en geopolítica puede llegar a comprender, son claves en nuestras relaciones planetarias. Y mientras tanto, que les vayan dando a los saharauis en el Aaiún, que lo resuelva la comunidad internacional, espetó la ministra del pufo de las vacunas de la gripe A.
Los lazos de España con el Sáhara van más allá de lo puramente histórico. Hay unas uniones fraternales con ese pueblo, pero el gabinete de Exteriores, dirigido primero por el “perfecto mierda” (Reverte dixit) de Moratinos y ahora por la ignorante Jiménez (tiene menos nivel de inglés que mis periquitos), ha apostado claramente por aliarse de forma directa o indirecta con el régimen marroquí, no vaya a ser que los pingues negocios que tiene nuestro Gobierno con el régimen dictatorial de Mohamed VI se puedan ir al garete por un quítame allá esos campamentos de la Solidaridad.
Lo peor de todo es que España (mejor dicho Zapatero) ha demostrado que le importa una higa la suerte que corran los saharauis. Estoy convencido de que si se hubiese tratado de la invasión de cualquier nación por parte de los Estados Unidos, tendríamos a toda la progresía unida tras una pancarta hablando de poder imperialista, de masacre humanitaria, etc, etc. Pasó con Irak, donde ZP y los suyos, junto con el aún en ciernes clan o plataforma de la ceja, no dudaron en situarse en primera línea de la manifestación para tirar contra Bush y contra Aznar. Blair también salió en la famosa foto de las Azores, pero como era más afín a la izquierda, sólo recibió aquel famoso tirón verbal de orejas del lavandero Bono (“es un imbécil integral”).
De todas maneras, tenemos lo que nos merecemos. Desde el segundo engaño masivo (400 euros a cambio de hacer la vista gorda con la crisis), Zapatero no ha hecho sino gobernar a golpe de improvisación. Se le ocurría una idea y cualquiera de los 666 asesores era incapaz de rebatirle una sola coma a los planes del presidente. Adelante con los bulos y con los faroles. Total, a fin de cuentas, ¿quiénes pagan el festín desmedido de este Gobierno progresista? Los ciudadanos, por supuesto. Lo que sucede es que los desmanes de este presidente por accidente (o por atentados) están traspasando nuestras fronteras. Todos se han dado cuenta de las debilidades de un ZP que, después de muchas veleidades, ahora ve que nadie le hace caso y esos ‘amigos’ internacionales, Castro, Chávez, Morales o Mohamed VI le ponen la zancadilla a cada momento.
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Máximo Medina -