Bebés-2500 euros=Menos natalidad
Televisión Española se chotea de la inteligencia de los ciudadanos. Hábil, muy hábiles han estado los editores de los informativos del 1 de enero para disimular y camuflar a la perfección una de las noticias que suele ser punto de referencia obligada en todos los inicios de año, el de los primeros bebés que han llegado al mundo en el recién estrenado calendario. Ni una palabra evidente, todo bien larvado para que no tener que soltar la coletilla evidente de que los niños nacidos después de las campanadas se habían quedado sin los 2.500 euros de rigor, esos que cercenó con su tijera antisocial el señor Zapatero.
Lo peor de todo es que esa televisión que pagamos los españoles con nuestros impuestos ya tuvo la santa caradura de reírse en nuestra jeta (que es la que tienen sus responsables, comenzando por el señor Oliart) poniendo poco después de las campanadas unas imágenes de bebés, de madres parturientas. Aquello no sólo es que fuese estrambótico, grotesco y surrealista, sino que era un torpedo en plena línea de flotación a aquellas familias que sabían que ya el parto no venía con la ayuda adicional, sino con el consabido ajo y agua.
De todas maneras, tal vez la gracieta del Gobierno de ZP le pueda salir rana (como la prueba de ídem). Ya se están realizando consultas pertinentes a abogados de prestigio sobre la medida en cuestión y si realmente se tenía que haber producido de facto el parto o vale simplemente con la acreditación de haberse quedado en estado antes de promulgada y entrada en vigor de la medida de marras. No es lógico, por ejemplo, que una mujer con siete meses de embarazo pierda la ayuda. Al fin y al cabo, aunque uno no es lego en aspectos jurídicos, sí que es verdad que ya existe una vida en el vientre materno y, por tanto, tendría que tener todo el derecho del mundo a percibir esos 2.500 euros.
Luego, aquí viene la gracia, se quejará el Ejecutivo (aunque esperemos que le quede año y dos meses de caducidad como tope) de que no hay quien sostenga el sistema de pensiones, que la pirámide poblacional está gruesa de los 65 para arriba y muy delgada entre los 0 y los 45, por ejemplo. Claro, ¿pero cómo quieren ustedes que alguien se arriesgue a tener descendencia si están coartando esa ilusión en las parejas? Quieran o no, el bebé no es una consola o una televisión que encendemos o apagamos a capricho. Tener un niño es una indudable alegría, pero también conlleva una serie de gastos, cuantiosos, por cierto.
Lo que pasa es que el concepto de familia debe sonarle como muy franquista-catolicista a la pijo-progresía y están consiguiendo cargarse el núcleo familiar por algo sumamente opuesto, por el carpe diem, por el egoísmo exacerbado, por el no pensar en el mañana, sino simplemente en el hoy y que las pensiones, después, te las abone el Estado vía Primitiva, Euromillones o Bonoloto y si no tienes suerte en la combinación te quedas sin pensión…campeón.
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Máximo Medina -